Recién graduada de Bachiller en mercadotecnia, Ana Galindo entró a trabajar en la fábrica maquiladora Dongwoo de La Lima y cuatro meses mas tarde sufrió un accidente de tránsito cuando regresaba luego de laborar horas extras.
Dos obreros murieron y Ana junto a otras nueve personas resultaron heridas. Dos años después todavía no recupera su salud y la empresa no quiere asumir más los gastos de tratamiento.
Ana Galindo estuvo incapacitada durante siete meses fracturada de la tibia y peroné y con golpes en la cabeza y otras partes del cuerpo. Inicialmente la empresa Dongwoo se hizo cargo de los gastos médicos, pero desde marzo del 2000 ha intentado darle una indemnización y romper su responsabilidad para devolverle su salud.
La empresa se niega incluso a costearle exámenes médicos indicados por la Dra. Barrientos quien la ha atendido en una clínica privada de El Progreso, porque la empresa coreana Dongwoo está en ZIP Continental donde ninguna de las seis empresas tiene el servicio del Instituto Hondureño de Seguridad Social.
Cuando la empresa intentó separarla, Ana no aceptó porque consideró que el dinero de la indemnización y prestaciones prácticamente sólo le servirían para continuar su atención médica. En efecto, al practicarse unos exámenes resultó con dos hernias en la zona lumbar de la columna vertebral.
Tres meses debió esperar para operarse, pero logró que la empresa asumiera el gasto que ascendió a unos cien mil lempiras, mas del doble de lo que ella hubiera recibido al ser despedida, aun concediéndole todo lo que establece la Ley.
Ana camina normalmente, pero se cansa luego de unos cinco minutos, sufre de calambres en sus piernas y en ocasiones se le duerme una parte de su cuerpo. Además se pone muy tensa cuando está viajando y le parece que en cualquier momento se va accidentar el vehículo, por eso también se le ha recomendado la atención de un siquiatra.
Desde Julio del 2000 que se comenzó a sentir mal de nuevo, está esperando que se le practiquen los exámenes pero el jefe de personal de Dongwoo, Eduardo Morales, le dice que no hay dinero para ello. “Para mí ya está muerta”, dijo un coreano conocido como Mr. Edwing, al referirse a Ana.
Ana Galindo dice que no dejará que se atropellen sus derechos y ya buscó asesoría legal.
No acepta que se le despida con las raquíticas indemnizaciones que establece el Código de Trabajo y antes de cualquier arreglo quiere que se le atiendan todos los daños a su salud ocasionados por el accidente.
Ataúdes y nada mas
En el trágico accidente del 2 de febrero de 1999 fallecieron los obreros Odin García y Carlos Castro. El vehículo los conducía de la Lima hacia El Progreso a eso de las nueve y media de la noche y volcó frente a la colonia Omonita, unos tres kilómetros antes de llegar a la ciudad.
Viajaban en un pick up sin ninguna protección y sobrecargado con catorce personas, porque el encargado de transporte después de las horas extras no quiso asignar otro vehículo, para evitar el gasto. Este era el tercer accidente que se producía debido al transporte inadecuado.
En Dongwoo ha sido costumbre obligar a los trabajadores a laborar horas extras mas allá de lo establecido por la Ley y en contra de la voluntad de los empleados. Además de trabajar por las noches en el transcurso de la semana, con frecuencia también se les exigía hacerlo los sábados y domingos y se dan casos de jornadas de 24 horas consecutivas.
La empresa proporcionó los ataúdes para los obreros muertos. Los familiares recibieron una ayuda de menos de cinco mil lempiras para los gastos fúnebres de ambos.
Odin García dejó tres hijos, la esposa y la madre quienes dependían directamente de lo que él ganaba. Carlos dejó a su esposa y una pequeña hija. Los obreros de la maquila no tienen ningún seguro de vida.
Enfermos y despedidos sin derechos
Otro de los afectados, Henry Alvarado, fue despedido al accidentarse, sin ningún derecho porque tenía pocas semanas de laborar en la empresa. Henry sufrió serios golpes en su cabeza. Según sus familiares él no ha quedado normal y con frecuencia sufre de trastornos mentales.
Oralia Torres sufrió una fractura en la clavícula pero volvió a laborar en la empresa. Ella aún tiene problemas por la fractura. En Diciembre de 1999 fue despedida sin ningún derecho laboral cuando se sumó a un reclamo general porque no les querían pagar completo los aguinaldos.
¿Conoce usted otros casos de personas que hayan sufrido accidentes de trabajo y se les niegue su derecho a la salud?
¿Conviene a una persona lesionada aceptar inmediatamente sus prestaciones?
¿Sabe usted que hacer para que respeten sus derechos en caso de un accidente de trabajo?