En los últimos meses lo echábamos de menos por que siempre, cuando lo buscábamos como periodistas en las marchas de la resistencia o en los encuentros en Stibys para que nos diera una orientación política de la situación actual, ya no estaba. Y esta mañana, a través la voz de Leny Fajardo, la colega de Radio Globo, supimos que había fallecido anoche. No lo podíamos creer, este compañero siempre alegre y bromista, juvenil y ágil a pesar su avanzada edad.
Siento que lo habíamos conocido muchos años pero la primera vez que vi y escuché a Luís fue en el programa “Todos somos pueblo”, donde anduvo con Ochoa Martínez en Canal 13, en la Plaza Central, comentando a esa forma tan sencillo que caracteriza a un líder obrero, los diferentes acontecimientos. Entre ellos la campaña anticomunista y antichavista que estaba haciendo medios como “Frente a Frente” de Renato Álvarez de Televicentro o la campaña sistemática y asquerosa de El Heraldo. Luis Morel, en diálogo con Ochoa explicaba las razones y los motivos el porque esas campañas que tienen como meta de embrutecer al pueblo hondureño.
Pasó el golpe de estado y, por mi sorpresa y todavía sin conocer al compañero, no se vaciló sino siguió dando palos, esta vez a los golpistas y sus patronos en Estados Unidos.
El 4 de julio 2009, un sábado, logramos verlo entre 100.000 personas marchando hacia al aeropuerto internacional Toncontin y el primer intento de Manuel Zelaya de aterrizar para regresar a Honduras desde había sido expatriado el 28 de junio. Y comenzó Luís diciendo, que “te voy a dar un análisis de clase, no gremial”, acerca los últimos acontecimientos del país, el golpe de estado.
Cuando lo entrevistamos la tercera y última vez fue el 27 de enero de 2010, también con rumbo hacia el aeropuerto para despedir al derrocado presidente Manuel Zelaya que pudo salir de su cautiverio en la embajada de Brasil en Regucigalpa. Titulamos la entrevista con Luis con sus propias palabras: ¡“ESTOS SON LOS GRITOS DE UN NUEVO PUEBLO”!
Nos enriqueció mucho para hacer entender la lucha de este pueblo heroico.
Hace unos días leí el libro “La Izquierda hondureña en la década de los ochenta”, un excelente libro de Edgardo Rodríguez. En el primer capitulo que trata el Partido Comunista de Honduras, PCH, Luis es mencionado en varias partes y es notorio, que la disciplina ante el partido no impidió que el compañero tuviera una posición también crítica cuando la crítica era indispensable, no importa si fuera dirigida hacia miembros de la dirección.
El autor, en otra parte del libro relata el prestigio que tenía Luis Morel incluso en los diferentes sectores del enemigo político. Cuenta Rodríguez, que el gobierno del general Oswaldo López Arellano llamó a un diálogo nacional entre las fuerzas vivas del país para discutir el problema de la guerra entre El Salvador y Honduras 1969. Se formó una delegación que viajaría a diferentes países para presentar la posición de Honduras, entre ellos Estados Unidos, México y Guatemala. La delegación estaba integrada por varios sectores y representantes de CTH (central obrera conservadora), el oligarca Miguel Facussé u otros dignatarios. Ricardo Zúñiga, el secretario privado del jefe de estado fue encargado de efectuar todos los preparativos de la visita.
“Cuando a Morel le consultaron (en calidad de dirigente sindical y comunista) si tenía la disposición de acompañar a la delegación para ir a explicar como interpretaban el problema de la guerra, respondió que sí, pero sostenía una visión un tanto diferente que la de los demás dirigentes sindicales, en el sentido que consideraba que no eran un conflicto entre los pueblos sino entre las clases dominantes de ambos países. Ricardo Zúñiga le dijo que precisamente por esa opinión diferente es que deseaban que él fuera”.
Y así creo que podemos entender la grandeza de este dirigente popular, Luis Morel, que el conflicto en Honduras es entre las clases sociales, no por que Facussé tiene antiguos parientes en Palestina o que un judío oligarca en la costa es un tirano y explotador por que es judío sino en calidad de pertenencia de una clase social.
Por eso, formadores políticos como Luis Morel hará mucha falta para la Resistencia, dejará un vacío muy grande, pero, como él mismo diría y varias veces dijo; este pueblo ha despertado y hay miles de hondureños capaces de colocarse detrás el timón del estado en un futuro no tan lejano.
Abajo dejamos dos entrevistas que le hicimos al compañero, el 4 de julio y el 28 de septiembre.