Insulza agradeció primero la confianza de los países miembros de la OEA por haberlo relegido este 2010 secretario general por cinco años más. Enseguida abogó por el retorno de Honduras a la organización hemisférica, al asegurar que ello “permitirá abordar de mejor manera la situación de los derechos humanos en esa nación”.
Honduras fue expulsada de la OEA tras el golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya en junio de 2009, y el canciller del gobierno que se instaló el 27 de enero, en elecciones organizadas por el régimen golpista, gestiona la reincorporación a la asamblea.
El secretario general consideró que el nuevo presidente, Porfirio Lobo, reconocido solamente por Colombia y Perú, ha dado “pasos muy importantes” en la normalización democrática, al formar un gobierno “amplio en representación”. Insistió en que la reincorporación de Honduras a la OEA pasa por el retorno de Zelaya a su país, sin que sea juzgado por tribunales que apoyaron su salida del poder.
La Asociación de Jueces por la Democracia (AJD), cuyos miembros fueron despedidos por rechazar el golpe de Estado, pidió en un carta enviada a la asamblea que antes de que la OEA acepte la reincorporación de Honduras, “el Estado debe asumir su responsabilidad por todas las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante y después del golpe”, y demandó la reorganización del sistema de justicia y la reincorporación de los jueces despedidos.
Durante la asamblea, los cancilleres también analizarán el caso de Haití. En ese sentido, Insulza resaltó que se están haciendo esfuerzos no sólo para que supere los daños ocasionados por el terremoto de enero pasado, sino la debilidad de sus instituciones.
Por otro lado, apoyó la iniciativa peruana de dedicar la asamblea de Lima a la transparencia en la adquisición de armas en América Latina, y recordó que la OEA ya tiene hasta tres mecanismos en ese sentido.
Insulza y los jefes de las delegaciones de los países miembros participaron en un diálogo, previo a la inauguración, con los representantes regionales de los sindicatos, el sector privado y la sociedad civil para discutir en torno a la paz, la seguridad y la cooperación en América.