La empresa despidió a la obrera que dio la información
Los compradores de servicios a la empresa Can y Can saben de los problemas y abusos que se cometen porque hace meses les fueron comunicados directamente por una obrera cuando para conocer la situación ellos hicieron una visita a la planta de producción ubicada en el la ZIP Continental, en el municipio de La lima.
La reacción de la empresa fue despedir a la empleada que tenía dos años de laborar para ellos.
A pesar de que los compradores están informados desde hace unos cuatro meses, los cambios no se han visto. Continúan las quejas por malos tratos, se ensañan con las embarazadas, las castigan hasta por tres días sin causa justificada y no les respetan su hora de lactancia.
A los obreros y obreras sólo les reconocen un 26 por ciento del pago del transporte. A trabajadoras que gastan hasta 200 lempiras a la semana sólo les pagan 52 lempiras. El pago de transporte debe hacerse completo para todas las personas que viven a dos o más kilómetros de su centro de trabajo, como lo establece el artículo 42 del Código de Trabajo.
Las obreras se quejan de la supervisora Josefa Canales de línea 4, la cual antes laboró en Yoo Yang, les grita, se ríe, les pone apodos y las castiga injustificadamente hasta por dos días. En todas las fábricas donde antes ha laborado se le ha conocido por sus actitudes drásticas y abusivas contra las obreras.
Afirman que la supervisora Maritza Barrera se lucra de los trabajadores y trabajadoras, adentro de la fabrica se dedica a la labor de prestamista de dinero y les deduce los pagos de la planilla, y de manera arrogante le dice que no les importa que la denuncien “total, ya tengo un capital hecho”, dice.
La empresa Can y Can antes se llamo Mi Kwang, en el 2002 despidió a unos 200 trabajadoras, por intentar organizar sindicato, sin pagarles sus prestaciones. Luego cambió de nombre.