Así es la demagogia. Acciones propagandísticas para ganar votos en las próximas elecciones. Bastó que los empresarios manifestaran su oposición, y no se volvió a hablar del asunto.
En verdad a nacionalistas y liberales nunca les ha interesado el respeto a los derechos laborales. Sus máximos dirigentes son patronos, violadores constantes de los derechos de los trabajadores.
Como candidato a la vicepresidencia por el Partido Nacional está postulado Mario Canahuati, dueño de varias maquilas donde los atropellos son constantes. También recordamos que un ministro liberal cerró sus empresas en Choloma y con maniobras legales le robó casi 50 millones de lempiras en prestaciones a los obreros del grupo Interfashion.
Son también candidatos nacionalistas los maquiladores de la familia Kattán, dueños del parque Indhelva, reconocidos por destruir sindicatos, pagar salarios de hambre, no pagar los servicios del Estado y quedarse con los préstamos hechos por el gobierno para incentivar la industria.
Sería interesante revisar las condiciones laborales de los empleados en las empresas, plantaciones y negocios de los actuales diputados y de los que se están postulando, que casi son los mismos. Encontraremos que algunos ni siquiera pagan el salario mínimo y otros que tienen condiciones de trabajo muy parecidas al esclavismo.
Desde luego que es necesario reformar el Código del Trabajo. Pero esa tarea nunca se ha querido asumir por las centrales obreras por el temor de que los empresarios se aprovechen y en vez de lograr elaborar una mejor ley, mas bien se eliminen los derechos conquistados hace 50 años con la gran huelga de 1954.
Los empresarios están muy interesados en eliminar del Código del Trabajo las garantías para la organización, la protección de las jornadas de trabajo, la estabilidad laboral y el pago de salario mínimo.
Según ellos todo debe quedar regido por el mercado y que cada patrono establezca las jornadas de trabajo, los tiempos de contratación, el salario que quiera pagar y las condiciones en el empleo. Aseguran que la competencia se encargará de que los patronos ofrezcan las mejores ventajas para atraer mano de obra.
Los cínicos quieren ocultar que hay miles de personas sin empleo y que aunque lo traten como esclavo, las personas aceptan un empleo por la necesidad de conseguir aunque sea para la comida.
Antes de proponer reformas al Código debería garantizarse que se cumplan los derechos ya establecidos. Aunque no se concedieran nuevos derechos, los trabajadores y trabajadoras mejorarían mucho si tan solo se cumpliera con la ley actual.
Eso significaría que todos estarían afiliados al seguro social, a todos los que les corresponde se les pagaría el transporte, las madres tendrían guarderías y no gastarían en pagar para que les cuiden sus hijos, habría oportunidad de trabajar y estudiar, se contrataría más gente y no habría necesidad de hacer extras, se pagaría un salario que cubriría las necesidades básicas, los obreros estarían organizados y podrían contribuir a optimizar las condiciones en el empleo.
Al cumplir la ley ya no habrían despidos injustos, a nadie le robarían sus prestaciones, se respetaría a las embarazadas, no habría restricciones para buscar atención médica, no les robarían las vacaciones, no existirían las listas negras por sindicalistas, no habría jornadas “matadoras” y no morirían más obreras en sus puestos de trabajo o no quedarían lisiadas de por vida después de haber sido expuestas a condiciones insalubres de trabajo.
Tampoco habría niños trabajando como adultos por la mitad del sueldo, pruebas de embarazo para contratar, ni contratos temporales para puestos permanentes.
Por eso, si los liberales y nacionalistas quieren contribuir con los obreros y obreras, que empiecen por cumplir ellos como patronos con los derechos laborales en sus empresas. Luego deberían asignar el suficiente presupuesto a la Secretaría de Trabajo para que contrate personal honesto y capaz, con logística necesaria para cumplir con sus funciones.
Los trabajadores debemos tener cuidado. Algunas propuestas que aparentemente parecen beneficiarnos, a la larga son maniobras para explotarnos aún más por parte de los patronos. Las reformas al Código del Trabajo deben ser integrales y no por retazos, deben servir para actualizar los derechos de los trabajadores y no para ponerla a tono con las políticas de libre mercado que eliminan los derechos conquistados hace más de un siglo.
Fuente: Vida Laboral Edic. # 22, Noviembre 2005