Edición 35

** A depurar la policía*


Editorial


Del Paro Cívico Nacional a la unidad popular

El movimiento popular agru­pado en la Coordinadora Na­cional de Resistencia Popu­lar, CNRP, y las centrales obreras han convocado a la movilización nacional exigiendo más de 40 demandas contempla­das en un solo planteamiento sus­crito en un encuentro nacional de organizaciones.
Las demandas van dirigidas a los tres poderes del Estado y aunque parez­ca que son muchas, debe saberse que ahí no están todas las necesi­dades y reclamos diarios del pue­blo, es más, es lo menos que se pue­de exigir al gobierno. Tampoco se trata de demandas nue­vas. Las mayoría se han hecho desde hace unos cinco años y sólo algunas han encontrado respuestas parciales; sin embargo el pueblo en general no conoce porqué se están reali­zando las acciones como marchas o tomas de carretera y aún quienes participan en ellas con frecuencia no manejan todo el planteamiento o no entienden el mismo, más que lo que corresponde a su sector. De hecho, algunas demandas son en benefi­cio de sectores no incorporados a la lucha popular, no porque estén en contra, sino porque no están ente­rados que también se está luchando por ellos.
Todos los reclamos son importantes, pero parece que los más sentidos en todo el país son la derogación de la Ley Marco del Sector Agua Pota­ble y Saneamiento aprobada por el Congreso Nacional el 2003. Esa Ley permite la municipalización del agua y su posterior privatización. De igual manera en todo el país se demanda una nueva Ley de Mine­ría que proteja el ambiente y los inte­reses de las comunidades y el país. De igual manera está la exigencia de frenar las privatizaciones de las instituciones de Estado como la ENEE, Hondutel, Correos, salud y educación, lo cual se hace poco a po-co y con diferentes maniobras.

La lucha debe mantenerse cons­tante, y parte de ella es hacer un esfuerzo de orientación masiva para que la gente sepa porque se lucha, que tome conciencia y se sume a las acciones. No basta con leer el planteamiento; debe procurar­se mantener las acciones conjuntas con todas las organizaciones, a pesar de las diferencias en la forma de pen­sar y sus métodos de lucha. Es posi­ble que no trabajemos siempre juntos y que no estemos de acuerdo en to­do, pero debemos luchar unidos si queremos tener éxito y beneficiar al pueblo.
En esta ocasión también es oportu­no recordar el ejemplo de Dago-berto Padilla, el compañero diri­gente de sindical, asesinado hace 25 años junto a tres compañeros más en el sector de El Bálsamo, al sur de El Progreso.
La firmeza de convicción, la va­lentía para desafiar al poderoso, la honestidad en las acciones y la humildad en la dirigencia son cualidades que tenía Dagoberto y de las cuales deben llenar quienes es­tán al frente de la lucha popular. La consigna de la organización a la que pertenecía Dagoberto debe ser toma­da en cuenta por la conducción de la CNRP y las centrales: “En las calles está el poder, con el pueblo hasta el final”.
Del Paro Cívico Nacional de este 17 de abril debemos pasar a un ma­yor acercamiento de todo el Movi­miento Popular que nos permita lo­grar la tan ansiada UNIDAD POPU­LAR, requisito indispensable para lo­grar mucho mas que las demandas que ahora reclamamos: la transfor­mación del país en otro donde se respeten los derechos y se viva dignamente sin las enormes ne­cesidades que ahora tiene sumido al 85% de la población.

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