El agua de Puerto Cortés está privatizada

Mientras a diario decenas pobladores se quejan inesperados cobros elevados que les facturan por el servicio de agua potable, y que tras una de por lluvia el líquido llega de color chocolate a los grifos, los entes de crédito internacional y gubernamental se esmeran en exponer que el manejo y administración del agua potable de Puerto Cortés es un modelo de gestión municipal. Varios factores incidieron para que en Puerto Cortés el agua potable se manejara a través de la empresa privada.

El mal servicio que se ofrecía y la llegada de la tormenta Gear de 1993 que afectó la represa que se ubica en el sector de Tulián, provocó una crisis de seis meses sin agua potable en el centro de la ciudad. El distanciamiento del Sanaa para resolver este problema generó que la alcaldía iniciara acciones para quedarse con los activos de ese ente gubernamental a fin de dar vida a la División Municipal de Aguas de Cortés, Damco, la que nació dos años después. Entre 1995 y 1999 la alcaldía porteña, a iniciativa del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, inició otro proyecto de agua y saneamiento con un préstamo inicial de 21 millones de dólares, a condición de crear la empresa Aguas de Puerto Cortés.

Posesión de las acciones

Ese millonario préstamo con que en 1999 se crea la empresa Aguas de Puerto Cortés, el organismo de crédito internacional inicialmente daba a la municipalidad el 95% de las acciones, mientras exigía la participación de la ciudadanía en el 5% de las acciones restante. Bien sabido es que ese 5% inicialmente fue repartido entre una asociación de vendedores, Asovemepo, la Cámara de Comercio, Ccipc, y las cooperativas de financieras más fuertes de Puerto Cortés como Caceenp, Coompol, Comixvem, Comixprol. El año pasado, del 95% de las acciones de Aguas de Puerto Cortés que pertenecían a la municipalidad, sólo era dueña del 21%, mientras cada una de las cooperativas, más la empresa Hondupetrol, propiedad de Fredy Nasser y Miguel Facussé, poseían el 10.8 por ciento de las acciones.

Esta repartición de las acciones entre las cooperativas, Hondupetrol y la municipalidad porteña corresponde a 2007. Nasser y Facussé pertenecen a las familias más millonarias y corruptas del país y son dueños de Interairports, las térmicas y socios de la empresa Aguas de San Pedro, además tratan de despojar de sus tierras a los pobladores de la isla de Zacate Grande, localizada en el sector del Golfo de Fonseca. Actualmente la alcaldía sólo es propietaria del 16.4% de las acciones de Aguas de Puerto Cortés, las proyecciones están destinadas para que al final sólo llegue a quedar con el 9.8%, según lo han manifestado varios funcionarios. Por su poco capital accionnario cuando Aguas de Cortés comience a reportar mucho más utilidades la municipalidad, que es la dueña de los acueductos, tuberías, pozos, represas y alcantarillado, es la que menos recibirá ganáncias.

Contradicciones en las responsabilidades

A pesar que ahora la municipalidad ya no es dueña del 95% de las acciones que poseía al inicio de la creación de Aguas de Cortés, son los millares de porteños que no tienen acciones en esta concesionaria, quienes están obligados a pagar los 21 millones de dólares que obtuvo del BID. ¿Será esto a lo que llaman modelo exitoso del agua potable en Honduras? Hay que mencionar la iniciativa del Proyecto de la Cuenca del Río Tulián donde la municipalidad se obliga a proteger y manejar de manera sostenible la cuenca en un área de 4,930 hectáreas para garantizar la producción de agua en cantidad y calidad. Mientras la municipalidad protege las hectáreas Aguas de Cortés se encarga de cobrar el vital líquido a los abonados.

El Proyecto de la Cuenca del Río Tulián fue aprobada por fondos canadienses,con un aporte de 4 millones de lempiras y una contraparte municipal superior a 1.7 millones de lempiras. De remate la coordinación del proyecto se realiza con instituciones ligadas al sector público, agrícola y forestal como AFE- Cohdefor, Fundación Fasquelle, Fundemun, Infop, Ihcafe, Profor, Dicta, las municipalidades de Choloma y Omoa, entre otras. En ninguna parte de ese compromiso gubernamental se menciona a Aguas de Cortés.

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