El presidente democráticamente electo, Manuel Zelaya, fue secuestrado por soldados y enviado a Costa Rica en sus pijamas. En las horas subsiguientes, los medios a favor del presidente depuesto fueron censurados, manifestantes fueros reprimidos y miembros del gabinete presidencial fueron detenidos o tuvieron que esconderse.
En verdad apreciamos que usted y su administración hayan condenado el golpe de estado y apoyado los esfuerzos de la Organización de Estados Americanos (OEA) y del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, por resolver esta crisis. También creemos que las medidas concretas que su administración ha implementado en respuesta al golpe de estado( incluyendo la suspensión de $16.5 millones en ayuda militar ) han enviado un fuerte mensaje al régimen de facto de Honduras.
Sin embargo, nos preocupan cada vez más los reportes de las flagrantes violaciones de derechos humanos cometidas bajo el régimen de facto. Se ha reprimido violentamente a las protestas pacíficas y los militares le han disparado a los manifestantes, al menos una persona ha muerto y muchas han sido heridas. La prensa ha sido censurada, estaciones de TV y radio han sido cerradas, organizadores políticos han sido detenidos e intimidados, y los derechos civiles fundamentales han sido suspendidos. Estos abusos han sido documentados y condenados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y organizaciones como Human Rights Watch, Amnesty International, el Comité para Proteger a Periodistas, y Reporteros Sin Fronteras.
El honorable Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) recientemente publicó un alarmante reporte documentando las agresiones, e inclusive muertes, que han resultado de la represión militar y policial, las detenciones arbitrarias de ciudadanos pacíficos, ataques contra los medios de prensa que han criticado el golpe de estado y otras graves violaciones a los derechos humanos.
Por otra parte, el Miami Herald y otros medios de comunicación han reportado sobre la desaparición de la prensa por la clausura de medios y la intimidación de periodistas que han hablado en contra del golpe de estado. Pareciera que el régimen considera que el mantener un fuerte control sobre la prensa es un complemento necesario a la represión militar y policial para poder mantenerse en el poder.
En las palabras de la directora del COFADEH, Bertha Oliva, “en los últimos días ha habido un descabellado número de repetidas atrocidades que pensamos habían quedado atrás en la década de los ochentas: la detención arbitraria, el asesinato y la violenta represión de manifestantes pacíficos, la censura de la prensa y la suspensión de los derechos constitucionales”. A pesar de que organizaciones de derechos humanos han expresado su inconformidad con estas violaciones, Oliva señala, “la represión de opositores sólo se ha incrementado en el país”.
Esta situación, que se torna más y más alarmante, nos motiva a urgirle a que tomen acciones adicionales.
En el pasado, como usted ha señalado, el gobierno estadounidense a veces se ha asociado con regimenes que no siguen nuestros propios principios, y esto es especialmente cierto en Honduras donde—según entrevistas a soldados y victimas realizadas por el Baltimore Sun y otros periódicos a soldados y víctimas—la CIA y otras agencias gubernamentales de los Estados Unidos estuvieron directamente involucradas en el entrenamiento de escuadrones de la muerte que llevaron a cabo ejecuciones extrajudiciales y torturas a principios de los ochentas.
Precisamente bajo el contexto de esta desafortunada historia es que hoy las palabras del presidente de los Estados Unidos pueden tener un impacto profundo en Honduras.
Además, durante el fin de semana del 18 y 19 de julio, el diálogo conducido por el presidente Arias pareció romperse. El presidente Zelaya aceptó todas las condiciones propuestas por el presidente costarricense, Oscar Arias, pero el régimen de facto, el cual siempre ha dejado en claro que rechazará cualquier compromiso que implique el regreso del Presidente Zelaya, rechazó las propuestas de Arias.
Por ende, le urgimos que repudie públicamente el uso de la violencia y la represión contra los manifestantes pacíficos, el asesinato de organizadores políticos pacíficos, y toda forma de censura e intimidación dirigida a la prensa.
Finalmente, le urgimos que se tomen mayores medidas en contra del gobierno de facto. El Departamento de Estado debe completamente reconocer que en Honduras hubo un golpe de estado y continuar con la suspensión de ayuda no-humanitaria, así como requiere la ley. Aún más importante, le pedimos que se le requiera al Departamento del Tesoro congelar las cuentas bancarias y los bienes de los individuos involucrados en el golpe de estado, y que se les niegue la entrada a los Estados Unidos. Creemos que estas medidas, las cuales no afectarían negativamente al pueblo de Honduras, pueden ser efectivas en la aplicación de presión para que el régimen de facto abandone su postura inflexible.
Atentamente,
Raúl Grijalva James McGovern
Miembro del Congreso Miembro del Congreso
José Serrano John Conyers Jr.
Miembro del Congreso Miembro del Congreso
Chaka Fattah Mike Honda
Miembro del Congreso Miembro del Congreso
Barbara Lee Jesse L. Jackson Jr.
Miembro del Congreso Miembro del Congreso
James L. Oberstar Dennis J. Kucinich
Miembro del Congreso Miembro del Congreso
William Delahunt Jan Schakowsky
Miembro del Congreso Miembro del Congreso
Donna M. Christensen Sheila Jackson Lee
Miembro del Congreso Miembro del Congreso
Sam Farr Linda Sánchez
Miembro del Congreso Miembro del Congreso
Del: Honorable Raul M. Grijalva
Fecha: 7/24/2009
Congreso de Los Estados Unidos
Washington, DC 20515
7 de agosto de 2009
www.honduraslaboral.org