La mayoría de infectados en edad de mayor productividad

La Organización Internacional del Trabajo, OIT, estima que en algunos países del área centroa(mericana en los próximos años habrá una pérdida significativa de la fuerza de trabajo a causa de la epidemia del VIH/SIDA. La mayoría de las personas infectadas por el virus se encuentran entre los 15 y 49 años de edad, período de vida de mayor productividad. En un documento de sistematización sobre el impacto y abordaje del VIH/SIDA en el ámbito laboral en Honduras, la OIT estima que en este contexto el virus es una amenaza para el mundo del empleo y el mercado laboral, ya que afecta sobre todo a la población Económica)mente Activa, amenazando la sos-tenibilidad de los sistemas de Seguridad Social.
La epidemia ataca con mayor fuerza a los grupos más vulnerables de la sociedad, afectándose mutuamente los problemas existentes de pobreza, la protección social inadecuada, las desigualdades de género y el trabajo infantil. Para la OIT la mortalidad a causa del VIH/SIDA disminuye el ingreso familiar y aumenta los^gastos médicos y fúnebres, pone en peligro la seguridad alimentaria y la nutrición e impacta aumentando el porcentaje de personas viviendo en extrema pobreza.
En consecuencia, aumentará el problema de la discriminación en el empleo y el trabajo infantil. En los países donde los niños y niñas han perdido a su madre, padre o ambos, tiene dos veces más de proba-bilidad de trabajar, especialmente en las peores formas de trabajo infantil, que los menores que no son huérfanos.
Impacto en los hogares, comunidad y empresas
En el caso de Honduras, casi el 50% del gasto provocado por el VIH/SIDA lo asumen en los hogares. Si tomamos en cuenta que el virus aféela a la población económicamente activa, la enfermedad o muerte por SIDA de un familiar tiene un impacto en la economía del hogar al disminuir lo ingresos y reducir las posibilidades de ahorro. Los más afectados también son los trabajadores que se desempeñan en la economía informal que representan casi el 70% de la fuerza laboral del país. Ellos carecen de seguro médico y no están afiliados al IHSS.
Casi siempre en las mujeres y las niñas recae el cuidado de los enfermos aumentando sus responsabilidades y adicionalmente las imposibilita casi siempre a trabajar en el sector formal y en otras actividades “invisibles” como en la agricultura de subsistencia.
A los niños y niñas el VIH/SIDA los priva del cuidado y protección de sus padres, se ven obligados a trabajar a temprana edad y descuidan o abandonan sus estudios. Según la OIT no hay estadísticas del impacto del VIH/SIDA en las empresas en Honduras, pero sí se refieren a un análisis de la ONU y el COHEP donde subrayan que “las tasas de incidencia del virus en las
empresas, se traduce en un decrecimiento de la productividad debido a su impacto en la mano de obra”. La mayoría de las empresas consideran que el impacto es mínimo en cuanto a gastos operativos, pero sí levemente superior en relación al ausentismo y productividad. Las trabajadoras y trabajadores de la maquila son mayormente vulnerables porque la industria juega un papel importante en la movilidad de las personas en búsqueda de empleo dentro del país, concentrando geográficamente a muchos obreros jóvenes, en su mayoría mujeres. A criterio de la OIT estas mujeres trabajan en inadecuadas condiciones laborales y de vivienda, y son víctimas de violaciones a sus derechos humanos, incluyendo abuso sexual. Tampoco reciben atención adecuada en sus problemas de salud, una situación que la expone a riesgos relacionados con la salud reproductiva e infección por VIH/SIDA.
Otros grupos vulnerables son: trabajadores (as) del sexo comercial, transportistas, población uniformada y quienes laboran en el sector salud.

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