Sus padres creen que hay mano criminal detrás de este hecho pues su pariente antes de morir les denunció que le habían tendido una trampa y que tenía mucho miedo. Un militar es uno de los principales sospechosos.
Antonia del Carmen Antúnez y Pedro Banoff, madre y padre respectivamente del joven de 20 años, relataron al COFADEH que su hijo ingresó por su propia voluntad al batallón en mención en enero de este año, pero que en uno de sus entrenamientos sufrió un accidente que le provocó lesiones en sus testículos y posteriormente una apendicitis, sobre lo cual los médicos recomendaron que debía guardar reposo por dos meses sin hacer labores pesadas, debiéndose presentar hasta el 20 de mayo a la unidad militar, no obstante las autoridades de ese destacamento lo obligaron a incorporarse el 10 de mayo pasado.
La madre del muchacho expresó que las autoridades del XV Batallón irrespetaron las disposiciones médicas y la incapacidad que le fue prescrita y obligaron a Alex Josué a realizar misiones especiales, las que desempeñó en la Mosquitia hondureña, en Olancho y en la capital de la República.
Misiones extrañas
En una de las misiones a Tegucigalpa, él logró comunicarse con una persona muy cercana a él y le dijo que él estaba en el aeropuerto, pero que no podía hablar mucho. Después él le comentó que los habían traído en helicóptero a Tegucigalpa y que ahí estaba una camioneta esperándolos con la sorpresa que se llevó que a ellos los llevaron encapuchados a una casa que él nunca supo donde estaba ubicada. Ahí les quitaron capucha y venían tres compañeros más con él.
Al quitarles la capucha se dieron cuenta que era una casa con una gran seguridad. Dos de los compañeros de Alex se pusieron rebeldes porque no les pareció donde estaban., eso dio pie para que a los dos muchachos les dieron una golpiza terrible.
“Al ver esa irregularidad mi hijo saltó por la ventana, pero afuera estaba otra camioneta, como esperándolo a ver si se escapaba y entonces lo agarraron, pero según la novia no lo golpearon”, denunció la angustiada madre.
“En varias oportunidades en al menos cuatro veces visité a mi hijo en la Unidad Militar, al principio lo veía bien, pero en las últimas visitas lo vi triste pero no deprimido. Incluso le comentó a su hermana que ya no quería estar ahí, estas cosas no me las comentó a mí como madre”, señaló la progenitora.
El día fatídico
El militar fue enviado unos días de franco a la casa, debiéndose presentar el 10 de mayo recién pasado, fecha en que la madre lo fue a presentar a las 10 y 23 minutos de la mañana al batallón, con la sorpresa que cuando ya venía de regreso hacia su casa recibió una llamada en la que me informaban que Alex Josué había sufrido un accidente, se trataba del disparo en su garganta.
La señora inmediatamente se comunicó con los militares del batallón para consultarles que si el disparo que había recibido su hijo era de gravedad o no, le respondieron que no era de peligro.
Doña Antonia salió corriendo para llegar hasta donde su pariente encontrándolo en una ambulancia en la comunidad de Sabá, Colón, “tomé la decisión de enviarlo al Hospital Regional de La Ceiba, su situación era delicada, en el trayecto de Sabá a La Ceiba yo le pregunté a mi hijo que si él había tratado de quitarse la vida y él me dijo que no tenía ningún motivo para hacerlo, que solamente le habían tendido una trampa.
El día 11 de mayo de 2012 fue trasladado al Hospital Militar en Tegucigalpa donde le practicaron unas tres cirugías grandes y tres pequeñas en el área de la tráquea y abdomen. Debido a complicaciones de su salud fue llevado a cuidados intensivos donde permaneció en estado delicado hasta el 21 de mayo por la tarde, saliendo de esa sala ese día, pero el 24 de mayo falleció.
“Quiero destacar que mientras mi hijo se encontraba en la Unidad de Cuidados Intensivos pudo comunicarse conmigo diciéndome que él tenía miedo y yo le pregunté ¿por qué?, que si era que alguien quería hacerle daño, ya que el desconfiaba de todo mundo, ahí mismo yo le pregunté quién era la persona que le había hecho daño y él me respondía que “no podía decirme…”. Yo pienso que él trató hasta el último momento de protegernos y no quiso decirnos quién le había disparado”, relató la mamá de Alex Josué.
La señora informó que su hijo le comentó lo que sucedió en la unidad militar, cuando lo enviaron al almacén en donde están guardadas las armas y que el sargento encargado salió a pedir auxilio, “yo pienso que mi hijo fue asesinado, sé que en ese momento fue asesinado y que ese sargento del que no sé el nombre, sabe lo que en realidad sucedió”. La señora agregó que uno de los brazos de mi hijo presentaba moretones, él fue torturado”.
Aparentemente había algo grave que le estaba sucediendo a Alex Josué, pues en su cuenta de Facebook colocó un mensaje en el que decía : “Dios mío ayúdame…protege a los que más quiero..”
En forma sospechosa militar llega al Hospital
Otra de las circunstancias por las cuales la madre y el padre de Alex Josué se decidieron a hacer la denuncia ante el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras, COFADEH, es debido a que cuando se encontraba en el Hospital llegó el Capitán de apellido Amador, quien era el jefe del joven en el XV Batallón al principio de su ingreso en la unidad militar
La mujer se pregunta qué andaba haciendo el militar en el centro militar asistencial.
“Pido que se investigue el caso, que sea lo más transparente posible y que si hay culpables en la muerte de mi hijo que los castiguen”, dijo doña Antonia en un testimonio brindado ante el COFADEH.
Las consecuencias funestas del militarismo
Las balas de fusiles también terminaron con la vida de Ebed Haziel Yanez, un joven de 15 años que fue asesinado por un retén militares el pasado 27 de mayo, unas dos semanas después que el también joven Alex Josué, cayera víctima del plomo, cuando le dispararon en varias ocasiones uniformados que estaban en la salida hacia el oriente del país y el hecho se hizo público gracias a la valentía de su padre Wilfredo Yanez, quien después de una intensa investigación logró recoger datos de cómo ocurrieron los hechos.
La existencia de las Fuerzas Armadas de Honduras ha traído luto y dolor a la población hondureña.
El involucramiento del ente militar en las desapariciones forzadas y otras graves violaciones a los derechos humanos dejó más de 184 desapariciones forzadas, asesinatos políticos y torturas en la nación.
La utilización de las Fuerzas Armadas para apoyar al Escuadrón de la muerte
3-16, cuyo nombre deriva de que tres brigadas militares y 16 batallones estaban para apoyar este cuerpo paramilitar que dejó graves violaciones a los derechos fundamentales de ciudadanos y ciudadanas en el territorio nacional.
Otra de las funestas prácticas fueron las cacerías humanas a través de los reclutamientos forzosos en la década de los 80 y principios de los 90 dejó decenas de muertos debido a las crueles torturas aplicadas a los reclutas en los entrenamientos militares.
Asimismo en el marco del golpe de Estado del 28 de junio de 2009, las Fuezas Armadas fueron un ente clave para que las oligarquía ejecutara este golpe y que se mantenga el mismo, pues los fusiles no sirven para proteger la soberanía nacional sino apuntarlos contra el pueblo en resistencia.
Una de las víctimas mortales en este contexto fue el joven Isy Obed Murillo que cayó víctima de balazos contra su cuerpo disparados por militares que el 05 de julio de 2009 custodiaban el aeropuerto internacional de Toncontín y cuyo objetivo fue el no dejar aterrizar un avión que traía de regreso al presidente Manuel Zelaya Rosales, contra quien se ejecutó el golpe de Estado.
Y qué decir de las actuaciones en la Operación Xatruch II establecida por el régimen de Porfirio Lobo Sosa desde el 2011, la cual ha dejado muerte y dolor en El Aguán.
Su presencia que en principio fue justificada para llevar la paz a esa zona, ha demostrado que sirve para proteger los intereses de los terratenientes Miguel Facussé, René Morales y Reynaldo Canales, que a sangre y fuego han despojado de las tierras a campesinos y campesinas en El Aguán.
Por COFADEH
17/06/2012