Alrededor de 1 millón 100 mil personas en Honduras se encuentran en condición de desempleados y subempleados, es decir, casi la mitad de las personas que conforman la Población Económicamente Activa, del país.
Esta masa de gente desempleada, normalmente, debe buscar formas de subsistencia que muchas veces son reprimidas por el estado, es el caso de los vendedores ambulantes que colman las calles y avenidas de nuestros pueblos y ciudades, o que se dedican al llamado rebusque, donde lo que se tiene se vende y de lo que se puede se sacan unas fichitas, para más o menos pasar el día.
En el sector privado, en apenas tres años, más de 105 mil personas perdieron sus empleos, especialmente en el rubro agrícola donde la situación empeora y se agudiza por los constantes fenómenos naturales como inundaciones y sequías, además de la misma incapacidad del empresariado de generar nuevas y estables fuentes de trabajo para las y los hondureños del campo.
Según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del año 99, el sector agropecuario ocupaba a 324,721 personas y en una similar encuesta en el año 2001, se demuestra que el número de personas que trabajan en dicho sector se redujo a 175,885, es decir que se perdieron, solo en tres años, cerca de 150 mil empleos en la zona rural.
Otro sector que ha reducido el número de personas empleadas es la industria de la manufactura maquilera, donde cerca de 20 mil personas han sido despedidas por la justificación de la recesión de los Estados Unidos, además del aprovechamiento mismo de esta coyuntura de las empresas para deshacerse de los sindicatos y de mano de obra, con el fin de reducir los costos de producción.
Esta situación nada alentadora demuestra un problema que afecta nos solo a nuestro país sino América Latina en general. Se calcula que solo en el periodo del 90 al 99 el número de desocupados aumento en más de 18 millones de seres humanos, lo que demuestra una verdadera situación de catástrofe hemisférica para millones latinoamericanos que no tienen donde encontrar un sustento para sus familias.
Es importante resaltar que las personas más afectadas por el desempleo, son siempre los sectores más pobres o vulnerables, especialmente jóvenes (mujeres y hombres) y con menos estudios. Para la Comisión Económica Para América Latina, CEPAL, el problema puede agudizarse por la incapacidad del mercados mundial de generar nuevas ofertas laborales en un corto periodo de tiempo y por la crisis económica internacional, pues se calcula que el crecimiento experimentado por la región podría reducirse a la mitad en el próximo año.
Según los datos y proyecciones de las autoridades económicas de Honduras la tendencia actual es a un aumento del desempleo y de la economía informal, con lo que se espera que miles de hondureños y hondureñas que cuentan con un trabajo, corran el riesgo de perderlo y además tengan que engrosar las filas de desocupados y sumarse a los cientos de miles de vendedores ambulantes que hoy se la juegan en la calle por unos pesitos diarios ante el riesgo de la represión policial.