A continuación reproducimos las declaraciones íntegras de la defensora de derechos humanos guatemalteca:
¿Qué le han compartido las organizaciones sociales con respecto a esta crisis que vive Honduras?
Rigoberta Menchú: Bueno lo que más preocupa es la indefensión en que están cayendo las organizaciones de derechos humanos. A medida en que hay un rompimiento de relaciones aquí en Honduras, los más afectados son la gente que realmente están documentado las ilegalidades, que están tomando testimonios a la gente que sufre amenazas, que sufre intimidaciones.
Esto es uno de los problemas más serios, creo que nadie estaba preparado debidamente para este golpe de Estado, un golpe de Estado que ha torcido la ley, de todas las maneras y de todas las formas y que no existe una autoridad legítima digamos, donde las gentes que defienden los derechos humanos pueden acudir en un determinado momento y que sea legítima esa relación, esa vinculación.
Otro de los problemas serios que vemos, es que hay una orquestamiento en cuanto a incitar gente a favor del golpe y esto hace que solamente la versión oficial supuestamente a favor del golpe de Estado, intimida al resto de la población.
Aplaca digamos la voz de la gente que no está de acuerdo con el golpe, la gente que está asustada, pero que no puede manifestarse en contra ni a favor y la gente que solamente quisiera ver que haya pronta estabilidad en Honduras.
Bueno y yo creo que lo más importante que hemos tenido una visión amplia de la que agradecemos profundamente con muchos sectores. Hemos hablado con fiscales, miembros del Congreso Nacional que eran diputados en su momento que ocurre el golpe, hemos hablado con algunos magistrados. Hemos hablado con las organizaciones de derechos humanos.
Y yo creo que toda esa visión amplia ha enriquecido nuestra visión y nuestras recomendaciones.
El país está totalmente militarizado, ¿usted siente por ejemplo que líderes por ejemplo del Consejo de Pueblos Indígenas y otros líderes estén en peligro?
Rigoberta Menchú: Yo creo que hay mucha gente que siente este peligro, el problema más importante que veo es que no hay un lugar donde la gente tiene que protegerse en todo caso, pedir asilo, pedir protección y que haya garantías a esa protección.
Que se les de una mínima garantía ciudadana. Creo que esta es la parte más delicada, independientemente de la guerra de poderes, porque aquí hay guerra de poderes; independientemente de los discursos, de toda la parte formal que realmente creo que la crisis en Honduras no va a salir pronto. Es una crisis muy complicada, muy compleja.
Compleja desde la manera en que se quebrantó el espíritu del orden constitucional, el Estado de derecho, no podemos decir que van a volver atrás exactamente como el nivel que estaba, en tanto que para eso, tendrían que desfilar en la cárcel una enorme cantidad de jueces que tienen que ver con jueces, la Corte Suprema de Justicia, el Congreso, el propio ejército, o sea, son tantos los que quebraron la ley, que yo creo que se van a unir precisamente, para no permitir que haya un establecimiento de la verdad en este país.
Y eso es una cosa, lo otro es la gente que no puede tener otra oportunidad de expresarse. Yo creo que la oficialización de todos los medios a favor del golpe, hace que cualquier periodista, cualquier persona independiente que hable en contra, de hecho es una amenaza contra su integridad física y es muy grave.
Yo creo que en materia de derechos humanos, realmente deben incurrir en este momento organismos tan importantes como Amnistía Internacional, organismos tan importantes como la propia Comisión Interamericana de Derechos Humanos, también los relatores especiales sobre la libertad de expresión y la libertad de comunicación.
Menchú se reunió con la coordinadora del Cofadeh, Bertha Oliva
Aquí hay un llamado que a nosotras nos corresponde hacer a diversas instancias de derechos humanos porque ellos deben estar al servicio realmente de la defensión de la gente que está siendo abandonada completamente.
¿Qué mensaje le enviaría a los que están en resistencia, a ese pueblo que está indefenso, que se siente amenazado y que tiene mucha tensión ahora?
Rigoberta Menchú: Hay mucha importancia de preservar los hechos de las violaciones. Nosotros aprendimos después de tantos golpes de Estado, después de tanta matanza en nuestras tierras, el valor de preservar las evidencias de los abusos, de las violaciones.
Ellos pueden documentar los hechos, porque tarde o temprano se va a tener que juzgar esta historia, porque no es posible cimentar ninguna negociación por encima de la impunidad, digamos y de hecho hay una impunidad complicadísima.
Como le digo, salpica a todas las instancias del Estado. Entonces la ilegitimidad del sistema de derecho en este momento es de tal magnitud que implica que los ciudadanos tienen que hacer un esfuerzo, por no perder evidencias de los hechos.
Luego, pues yo recomendaría que se asocien, que intenten encontrar una defensión colectiva, porque aquí las organizaciones de derechos humanos más conocidas, también van a tener persecución, también van a tener seguimientos, intimidaciones, por lo que tiene que haber una manera que la gente pueda asociarse entre sí misma.
Estoy hablando para los pueblos indígenas, estoy hablando para la gente que no tiene forma de expresarse, estoy hablando a la gente que no acepta una imposición fascista digamos.
Ahora, es muy triste lo que se está viviendo, porque incluso el hecho que la iglesia católica apoya el golpe de Estado y apoya el quebrantamiento de la normas institucionales; el hecho que el propio Comisionado de Derechos Humanos en Honduras está a favor del golpe, vulnera aún más las instituciones que están en peligro.
O sea esto es terrible, antes podrías ir a refugiarte a la iglesia aunque sea, pero hoy hay grandes jerarcas al lado del golpe, que realmente pone en riesgo a la gente.
Aquí estamos, precisamente escuchando opiniones, para ver cómo le damos seguimiento a esto inmediatamente a nivel de Centroamérica. Creo que hay organizaciones de derechos humanos muy valiosas en Centroamérica que tenemos la obligación de monitorear lo que está pasando aquí.
Rigoberta Menchú recibió el Premio Nobel de la Paz en 1992. A partir de esa fecha ha librado una incansable lucha por los derechos humanos, que le ha significado numerosos reconocimientos y premiaciones a nivel internacional.
Menchú arribó a Honduras, el viernes 3 de julio en horas de la tarde y ha estado recibiendo en la capital de la República a numerosas organizaciones del movimiento social y de derechos humanos.
Además se ha entrevistado con fiscales, diputados y algunos magistrados de la Corte Suprema de Justicia de Honduras.