Perfil psicológico del candidato presidencial Elvin Santos

PERFIL PSICOLOGICO ELVIN SANTOS

Este informe se realizó en base a la observación de la conducta de Elvin Ernesto Santos, en diversas circunstancias a saber: actuaciones públicas, análisis de videos, entrevistas a personas cercanas de su entorno más próximo y evaluación de casos similares en la política mundial. No se realizaron evaluaciones directas, por lo cual las inferencias realizadas deben ser consideradas en este contexto. No se incluyen datos de filiación y todo lo inferido no puede ser totalmente refrendado a no ser que se complemente con un estudio personal exhaustivo.

Es un hombre activo, que aparenta seguridad, avasallador, arrogante, de tendencia dominante y gran voluntad de protagonismo. Explora el ambiente con gran habilidad y detecta la retroalimentación del medio en forma inmediata, buscando responder rápidamente de manera adaptativa.

Es encubridor y ocultador. Tiende a la confrontación utilizando la estrategia de depositar en los demás la responsabilidad de aquello que define como falta propia.

Tiende a la sobre valoración de sí mismo, con un grandioso sentido de auto importancia, lo que le hace exagerar sus logros y capacidades, esperando ser reconocido como superior aún mediante logros que no son reales. Se preocupa profundamente por hacer que su entorno cercano crea en sus fantasías de éxito y poder ilimitado, por lo que intenta relacionarse con personas especiales o de alto status, buscando en aquellos lo que no ha podido adquirir por sí mismo, a la vez que recrea su fantasía de superioridad por designio propio.

Trata de tener un control exacerbado del “mundo externo” (por oposición a mundo interno) incrementando de este modo su sentimientos de omnipotencia cuando estos están en peligro, tiende a la acción inmediata evitando dar cuenta de su propia responsabilidad. Esta acción es rápida y agresiva, de manera que busca evitar darse cuenta de las consecuencias de sus actos sobre los demás.

Su comportamiento parece no tolerar el aburrimiento, la humillación, la decepción, la sorpresa o la crítica (aún constructiva), debido a que cualquiera de estos estados podría enfrentarlo con la pérdida de la omnipotencia y funcionarían como amenaza interna al mundo creado en su fantasía.

Tiene poco reconocimiento de los límites que lo separan de los demás, producto de vivir ensimismado en su mundo, lo que hace que tienda a imponerse o invadir la escena con su acción y discurso a cualquier precio, levantando resentimientos y odios aún en sus entornos más íntimos, que no se animan a contradecirlo para evitar este tipo de comportamiento.

La competencia parece generarle gran inestabilidad, por lo que intenta acaparar la atención utilizando permanentemente su aspecto físico, imponiendo su figura como marca a seguir, a la vez que subestima a todas aquellas personas que no sean capaces de imitarlo y ante situaciones de real competencia en su entorno, reacciona con modales bruscos y expresiones arrogantes o agresivas que lo vuelven impulsivo y disminuyen su capacidad de controlar el medio ambiente y sus propios actos. En esas circunstancias opta por el silencio para no poner en evidencia su inestabilidad interna.

Muestra hipersensibilidad a ser evaluado en forma negativa. Suele volverse irracional e iracundo en la medida en que no se cumplan sus expectativas. Evidencia escasa tolerancia a la frustración. Utiliza la desvalorización del otro para poder recuperar su estabilidad y poner en funcionamiento estrategias de afrontamiento que se basan siempre en una posición personal de omnipotencia.

Muestra expresión emocional superficial y rápidamente cambiante. En sus discursos se evidencia dramatización, teatralidad y exageración de la expresión emocional. En el contexto social, causa una primera impresión agradable y favorable, pero la prolongación del contacto revela dureza y falta de decoro, que en poco tiempo causa un efecto totalmente contrario al inicial. Ostenta un estilo interpersonal exigente e insensible.

Muestra dificultades para valorar a los demás y tiene una clara tendencia a la desvalorización sistemática de sus oponentes. La valoración del otro lleva siempre a cuestionar el valor de lo propio. Elvin no se expone a ese cuestionamiento. Su acción no pasa por un pensamiento basado en la percepción de la realidad, sino por la necesidad surgida de una percepción que no requiere ningún tipo de verificación o juicio de valor. Suele ser severo y critico con los demás, reafirmando de ese modo su superioridad sobre los otros. Actúa roles fantaseados como si fueran verdaderos, producto de la incapacidad de esperar en forma reflexiva. De esta manera, no tantea la realidad y la evalúa con cautela, sino que impone su necesidad y actúa en el ámbito de la inmediatez.

Puede llegar a trabajar incesantemente, pero siempre con fines egocéntricos. La meta del reconocimiento personal resulta una mayor motivación que el valor social de cualquier tarea que realice. Podría tener tendencias a violar los límites de la autoridad de diversas maneras, tomando, por ejemplo, desiciones o atribuciones que no le correspondieran.

Resignifica la figura masculina desde un modelo fálico, lo que la lleva a tener la tendencia a manejarse sin necesidad de considerar ningún tipo de culpa o castigo en lo que se refiere a si mismo. Es agresivo, puede ser vengativo y es, además, audaz ya que presta poca atención a los detalles y los riesgos.

Su personalidad corresponde a un yo narcisito, estructurado con solidez, con fuertes mecanismos defensivos histérico-fóbicos y psicopáticos, con elevada necesidad de ser resignificada por los demás, ya que esto refuerza la fortaleza de su yo.

Aspectos relacionales a la pareja
Elvin se apoya en la fortaleza de la personalidad de su mujer, y ella le concede el apoyo que el necesita, Se vislumbra en el discurso de su esposa la certeza de que su marido “puede solo, no necesita a nadie para obtener lo que se antoja”. Critica la influencia de su familia en reiteradas oportunidades (especialmente de su padre) y demuestra cierto desprecio por otros miembros familiares cercanos (como la tía Dilma a quién desprecia abiertamente).

Por: Coronel Mario Maldonado
Miércoles 18 de noviembre 2009

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