Como parte del reordenamiento de la ciudad más de 300 vendedores ambulantes agrupados en diversas organizaciones fueron desalojados de sus puestos de trabajo para despejar las calles y avenidas que desde hace ocho meses mantenían ocupadas.
El desalojo se produjo la noche del jueves siete de febrero generando malestar en el Sindicato Nacional de Comerciantes del Sector Informal de Honduras (Sincosih), cuyos medios impidieron la apertura del un establecimiento ubicado en la segunda calle, situación que produjo un enfrentamiento con la policía.
Armados con piedras y palos los buhoneros expresaron su malestar porque no cuentan con un espacio digno para construir sus cubículos.