De entonces a la fecha se han reportado 38 casos de bebés infectados, de los que sólo dos ocurrieron en 2010.
La isla se encamina al cumplimiento de la meta del milenio en esta materia y para 2015 habrá erradicado la infección vía perinatal, aseguró José Joaquín Joanes Fiol, responsable del Componente de Vigilancia y Evaluación del Programa de VIH/sida del Ministerio de Salud.
Al participar en el último día de trabajos del 12 Congreso Nacional de VIH/sida y otras Infecciones de Transmisión Sexual, el funcionario resaltó que si bien no se ha logrado detener la transmisión del virus y que, como en la mayoría de los países, es más frecuente entre los hombres que tienen sexo con otros hombres, existen logros importantes como éste, de evitar que recién nacidos, hijos de madres portadoras del VIH, tengan la enfermedad.
También comentó sobre la estrategia nacional de detección del virus. Por lo menos una vez al mes se realiza la campaña “Hazte la prueba“en todas las provincias, mientras en La Habana, donde se reporta la mayor prevalencia del padecimiento, los exámenes gratuitos se ofrecen entre dos y tres veces en el mismo periodo. En 2010 se practicaron alrededor de dos millones de estudios clínicos en más de mil actividades sanitarias, comentó.
A causa de las restricciones económicas y el embargo impuesto por Estados Unidos, el gobierno no pudo adquirir los insumos necesarios para las pruebas de detección ni los medicamentos para el control del virus, por lo que recurrió al desarrollo de la industria nacional en ambos sectores. Así, Cuba produce los reactivos para los exámenes clínicos, así como los que monitorean la presencia del VIH en sangre y la situación del sistema de defensas de las personas. Estos últimos son los indicadores sobre la eficacia de las terapias antirretrovirales.
De la misma manera, la isla impulsó la industria farmacéutica para la elaboración de los fármacos de primera línea, los cuales consumen 80 por ciento de los seropositivos. Más recientemente, con el apoyo del Fondo Mundial contra el Sida, la Malaria y la Tuberculosis, los cubanos han tenido acceso a las medicinas de segunda y tercera línea, explicó.
Joanes Fiol y varias funcionarias del Ministerio de Salud cubano participaron en el congreso como parte de la cooperación técnica que existe con México, en la que –entre otras acciones– se busca compartir experiencias para mejorar la respuesta frente a la epidemia, explicó Héctor Sucilla, director de Investigación del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/sida (Censida) durante el simposio donde se presentó la situación cubana.
A pesar de estar entre las naciones de menores ingresos económicos, la isla reporta la menor prevalencia de la enfermedad en América Latina, con 0.1 por ciento entre personas de 15 a 49 años de edad. En México, el indicador está en 0.38 por ciento y hasta ahora no ha habido una política nacional para la detección temprana de las personas portadoras del VIH, a pesar de que se reconoce la importancia de este conocimiento, el cual es uno de los componentes necesarios para detener la transmisión.
Joanes Fiol también comentó que a partir de la alerta suscitada por los primeros casos de sida en Estados Unidos la administración cubana empezó a trabajar y, por ejemplo, prohibió desde 1983 la importación de sangre y sus derivados, y creó un sistema de vigilancia en los hospitales para identificar inmediatamente a personas con males asociados al sida, como sarcoma de Kaposi y neumocistosis.
Señaló que existen otras acciones que han sido muy criticadas, pero “han sido efectivas para prevenir la transmisión”, como las entrevistas que se realizan a los seropositivos sobre sus parejas sexuales y quiénes son. Dijo que también se efectúan en países de Asia, el Reino Unido y algunos estados de Estados Unidos.
Reconoció que en un principio también existieron centros de internamiento obligatorio para las personas con VIH/sida, los cuales se cerraron. Sólo se conservan tres, adonde pueden recurrir quienes así lo deseen, generalmente pacientes de escasos recursos económicos.