Tegucigalpa. Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional le causaron un gran daño con el asesinato de su hijo porque fueron los que ordenaron los reclusos de la mara 18 que dieron la orden de liquidarlo, manifestó el exdirector de la Policía Nacional, Ricardo Ramírez.
A juicio del exjerarca policial, la orden para arrebatarle la vida a su vástago vino de la cúpula de la secretaría de Seguridad y que para evitar correr trágica suerte como ocurrió con Alfredo Villatoro y Alfredo Landaverde.
Señaló que pidió que el testigo que se tiene bajo investigación, un marero llamado “el caballito” debería ser enviado fuera del país por seguridad y mantenerlo en fuerte custodia, ya que es una oportunidad para desenmascarar la corrupción al interior de la penitenciaria y los órganos de justicia del Estado.
Por tanto, exigió al secretario de Seguridad, Pompeyo Bonilla, que deponga el cargo porque no puede estar con una política de “dejar hacer, dejar pasar”.
Por su parte, el secretario Bonilla, indicó que no se descarta ninguna versión en torno al crimen del hijo del exdirector policial e incluso la de la supuesta conspiración a lo interno de Seguridad.
Al respecto, aseguró que “si él está seguro de lo que dice le pido a la Fiscalía que le tome su declaración e inicie la investigación, aquí no estamos protegiendo a nadie”.