Represa El Cajón

La estatal Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), que administra la represa, informó que la reparación no provocará apagones. El costo de la reparación es de 30 millones de lempiras equivalentes a 1.57 millones de dólares.

El Cajón tiene una capacidad instalada de 300 megavatios y su embalse posee una superficie de 94 kilómetros cuadrados. La obra construida en los años ochenta, tuvo un costo de 700 millones de dólares y representa la principal represa del país y la más grande de Centroamérica.

El consumo nacional de energía alcanza los 2 mil megavatios. El Cajón sólo aporta 270 y el resto se distribuye en pequeños proyectos y la mayor parte es generada a través de plantas térmicas.

Cuando comenzó a operar el Cajón despertó muchas expectativas en la población y pequeñas plantas hidroeléctricas que operaban en varios municipios del país, fueron abandonadas. Un ejemplo de ello fue la planta de Corquín, Copán, instalada en 1920, que al ser subutilizada a partir de 1990 cayó en manos de ganaderos y agricultores de la zona que utilizan el proyecto para sistemas de riego.

Al asumir la presidencia de la República en enero de 2006, el liberal Manuel Zelaya Rosales reveló la grave situación financiera de la ENEE.

A principios de julio, a sólo 6 meses de su gestión el mandatario nombró a una Junta Interventora compuesta por miembros de la empresa privada y el gobierno, cuya misión es rescatar la institución.

La ENEE tiene pérdidas anuales estimadas en 3,000 millones de lempiras, originadas por el robo de energía, la falta de pago de grandes empresas del sector privado, deudas de varias municipalidades y otras empresas estatales y la ineficiencia de la empresa Servicios Especiales de Medición de Energía de Honduras (SEMEH), propiedad de Arturo Corrales Álvarez hombre fuerte del partido Demócrata Cristiano Hondureño y del liberal Jorge Arturo Reyna hermano del ex presidente Carlos Roberto Reyna, ya fallecido.

Además la ENEE le debe unos 1,200 millones de lempiras a las plantas térmicas, algunas de las cuales reciben el pago sin operar y que generan a través de bunker el 70 por ciento de la demanda energética del país. De igual manera, la ENEE no ha podido recuperar 1,200 millones de lempiras en concepto de mora que mantienen los abonados.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) demandó del gobierno resolver la crisis financiera de la ENEE y la decisión está en manos de las autoridades: bajar gastos o aumentar ingresos.

En principio, el ex gerente de la ENEE, Juan Bendeck, que duró apenas unos meses en el cargo, fue destituido al tratar de negociar a espaldas del Presidente de la República con las compañías térmicas el precio del kilowatt- hora, pero en las primeras acciones se encontró con el rechazo del propio gobierno, quién en su lugar nombró a Leo Starkman.

Un informe de la Comisión Nacional de Política Energética dio a conocer en septiembre de 2005, que las medidas en materia energética que ha seguido el Estado de Honduras, han sido claramente contrarias a la instalación de plantas hidroeléctricas y han favorecido la generación de energía a base del consumo de derivados del petróleo, ignorando el hecho evidente que el país, no es productor de petróleo.

Ante la incapacidad de la ENEE para asegurar el abastecimiento normal, por la crisis producida en 1996, cuando se provocaron severos racionamientos de energía, se autorizó la instalación de plantas térmicas a través de contratos que a juicio de los expertos lesionan la economía del país.

COMUNICACIÓN COMUNITARIA (COMUN)
Honduras, Centro América

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