Una mujer estuvo en control prenatal con un ginecólogo en una clínica privada donde nunca le pidieron hacerse el examen del VIH. Semanas antes de la fecha prevista del parto se le rompió la fuente y hasta dos días después la atendieron en la sala de parto del Instituto Hondureño de Seguridad Social, IHSS. Cuando iban a darle el alta, sin embargo, los exámenes de laboratorio daban resultados indeterminados por fallas en los lectores del equipo médico. Pese a ello los médicos dijeron que ambos estaban infectados por el VIH/SIDA; ella debería tomar pastillas para secar la leche y no amamantar, y al niño comenzaron a suministrarle antirretrovirales. Mientras la angustia y desesperación se apoderaba de sus familiares, la mujer y su esposo se practicaron nuevos exámenes y la noticia fue otra: ambos son seronegativos. La otra sorpresa fue que en el laboratorio privado les manifestaron que no era el único caso en que los médicos del IHSS daban diagnósticos equivocados. No se sabe si la pareja demandará a la entidad estatal por los daños morales que sufrieron.