Terribles condiciones en fábricas de Guanchías

En la fábrica que funciona en la Colonia Guanchías, Municipio de Santa Rita, Yoro, se dan condiciones terribles de trabajo: falta de aire, falta de servicios médicos, inseguridad industrial, maltrato verbal y físico e instalaciones inadecuadas.

Esa empresa antes se llamó Seil Trading y desde hace como un año se conoce por Baxan, no se sabe si son los mismos dueños, pero sigue dirigida por coreanos.

Hace un calor infernal porque no hay aire acondicionado, nada más unos extractores en la pared. Claudia, la jefa de personal, dice que no instalan el aire acondicionado porque sale muy caro tapar los hoyos.

Hay varias obreras que han caído desmayadas por el calor. Otras tienen que estar mojándose los brazos y la cara. “El otro día una compañera que se llama Miriam se fue de cabeza en la pila y hasta quebró la llave por estar lavándose”, dijo una de las trabajadoras entrevistadas.

No tienen acceso al Seguro Social sino que asisten a un médico particular, el Dr. Alí en Santa Rita, a unos cinco kilómetros. Como no hay ni siquiera enfermera, a Eva la guardia de seguridad le han asignado la tarea de repartir pastillas cuando alguien se siente mal de salud.

Cuando una obrera pide permiso porque no se siente bien, los supervisores les dicen que son mañas y que “se hacen las enfermas” y algunos hasta se burlan.

Las condiciones de la planta son de abandono. No hay llavines en los baños, sólo ha quedado el agujero que hay que tapado con un cartón para que no miren a las personas haciendo sus necesidades, para asegurar la puerta tienen un cordón que se amarra en un clavo. Nunca ponen papel higiénico y menos jabón. La gente usa tiras para limpiarse y eso es peligroso porque esas telas contienen químicos.

Una vez que iban a llegar a hacer una inspección limpiaron los baños, colocaron papel higiénico y jabón y montaron un parapeto en un cuartito para aparentar que funcionaba como clínica.

El cuerpo no vale nada
Han sucedido accidentes serios como el de un mecánico de Santa Rita que se llama Juan. El estaba encendiendo un motor y se cortó y le amputaron las puntas de los dedos de una mano. Juan empezó desde que la fábrica se fundó con el nombre de Seil Trading. A los días lo despidieron y le dieron 18 mil lempiras (mil dólares) después de varios años de trabajo.

Agresiones
Una coreana a la que llaman Miss Kim es agresiva contra las operarias y tiene poder porque los supervisores y hasta la jefa de personal le consultan para tomar una decisión.

Recientemente una obrera de la aldea de Agua Blanca solicitó permiso y no se lo quiso dar, como la joven le reclamó Miss Kim le lanzó un ovillo de hilo que pesa varias libras, afortunadamente la muchacha se lo capeó. Si alguien le cae mal a Miss Kim ella instruye al supervisor para que la hostigue hasta que haga renunciar a la persona para no pagarle sus prestaciones.

Hay una licenciada que dice ser la apoderada legal de la empresa, quien cuando alguien le dice que la van a denunciar responde que no le importa “que vayan donde quieran porque nadie les va a parar bola, porque ésta empresa ni siquiera está registrada”.

La empresa tiene más de trescientos trabajadoras y elaboran prendas de la marca Polo.
Las obreras se quejan de que las metas siempre las están subiendo cuando ven que adquiere práctica. Por ejemplo una semana le piden 1,050 piezas, la siguiente 1,215 piezas y luego le exigen 1,350. En verdad quien va ganando con la mayor habilidad de los obreros es la empresa. Las obreras creen que sería mejor si establecieran un precio fijo por pieza y así ellas sabrían que todo lo que produzcan significará mayor pago. Pero más bien van a dejar de tener metas individuales porque la empresa las piensa establecer por equipo y no individuales como están ahora.

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