Las mil ochocientas trabajadoras y trabajadores de Gildan Activewear de El Progreso se resisten ante el cierre y traslado a Nicaragua programado para septiembre por la empresa y reclaman que cumpla con sus obligaciones laborales.
Los trabajadores se han organizado por que no están de acuerdo con los argumentos de la empresa para cerrar y creen que su traslado a parte de buscar pagar menos salarios en Nicaragua es también una manera de huir del compromiso adquirido con instituciones norteamericanas que han investigado violaciones sistemáticas a los derechos de los trabajadores.
Más de la mitad de los empleados fueron despachados para sus casas desde inicios de agosto y se les dijo que regresaran el 19 del mismo mes a reclamar el pago de sus prestaciones. Sin embargo, días antes del plazo han sido convocados nuevamente a sus labores supuestamente porque la empresa tiene unos pendidos urgentes y les dijeron que trabajaran hasta el 30 de septiembre. A cambio la empresa ofrece pagarles dos meses de salario en concepto de preaviso que les estaba negando.
Pero la empresa Gildan, ubicada en la Zona Industrial de Procesamiento (ZIP) El Porvenir, ya comenzó a sacar las maquinas escondiéndolas en contenedores a los cuales en las entradas les apilan fardos de tela de camiseta cortada, según denuncias de los trabajadores.
Eso ha despertado temor porque muchas maquiladoras han huido del país sin pagar los derechos a los trabajadores o pagándoselos incompletos. No se sabe si las maquinas salen legalmente, pero se teme que sea una maniobra para que cuando llegue el día del pago de las prestaciones la empresa tenga su equipo fuera de las instalaciones, previendo posibles acciones de embargo de parte de los obreros inconformes.
Las obreras y obreros no aceptan los pagos de prestaciones que a algunos ya se los entregaron porque consideran que están por debajo de lo que les corresponde. Ellos no confían en los ejecutivos de Gildan en el Progreso, porque siempre les han dado salarios incompletos y la administración ha sido cómplice de estafas con ahorros sobre los que nunca se brindaron informes.
Los trabajadores no quieren que su caso sea atendido por la regional del Ministerio de Trabajo de El Progreso ni la de San Pedro Sula, por considerar que en ambas oficinas los inspectores de trabajo y sus jefes reciben sobornos de parte de las empresas maquiladoras y todas sus opiniones y decisiones son en contra de los asalariados. Demandan que sea
la oficina de la capital Tegucigalpa la cual atienda su situaci6n, y de ser posible se involucre el propio Ministro de Trabajo.
Una comisión de 10 representantes de los trabajadores brindó una conferencia de prensa con el apoyo de instituciones aglutinadas en la Coordinadora por la Protección Laboral y la Asamblea Popular
Permanente, una agrupación de organizaciones sociales que han librado duras luchas contra las políticas de privatización del gobierno de Honduras.
La comisión plantea que Gildan debe probar sus argumentos de que cierra porque la planta no es productiva, pues por el contrario a los obreros frecuentemente se les felicitaba por tener los record más altos de producción de camisetas.
Si es inevitable el cierre, los trabajadores consideran justo que se reubique a los que se pueda en las otras dos plantas que Gildan tiene en San Pedro Sula y Choloma.
Asimismo plantean que Gildan no solamente debe pagarles todo 10 que por ley les corresponde por prestaciones, sino reconocerles todo el esfuerzo que durante seis años aportaron con su mana de obra.
Si Gildan fuera una empresa responsable también debería responder por todos los enfermos que deja sin posibilidades de recuperar su salud por lo caro de los tratamientos y para colmo sin trabajo, consideran los trabajadores.
La comisión de trabajadores asegura que están dispuestos a realizar las acciones necesarias dentro y fuera de Honduras para que se les haga Justicia.