Un mundo de esclavitud maquillado al gusto de nuestra época
Por: Pauline Imbach
En Francia se han elegido los días 10 y 23 de mayo para honrar la memoria de los esclavos y conmemorar la abolición de la esclavitud decretada en 1848. Desde 2006, el Comité para la Memoria de la Esclavitud estableció el 10 de mayo para las ceremonias oficiales del recuerdo. Pero las asociaciones francesas de ultramar siempre han boicoteado y rechazado esa fecha.
Así, este año, se ha añadido una segunda fecha oficial, el 23 de mayo. Para la mayoría de las asociaciones de ultramar, ésta es la fecha que hay que establecer, porque el 23 de mayo de 1948 fue cuando los esclavos de Martinica vivieron su primer día de libertad, fue el 23 de mayo de 1998 cuando más de 40.000 descendientes de esclavos desfilaron en silencio por las calles de París y fue también el 23 de mayo de 2001 cuando se publicó la “ley Taubira” en el boletín oficial (1)
La historia oficial, sobre la que se legisló, está compuesta de fechas conmemorativas durante las cuales la recuperación política es esencial. Así, por ejemplo, el próximo 10 de mayo, con ocasión de la jornada de «conmemoración de la abolición de la esclavitud», el presidente Sarkozy presidirá una ceremonia en la que Alain Juppé, ex Primer Ministro; el alcalde de Burdeos; Michèle Alliot Marie, ministra del Interior, de Ultramar y de los Colectivos Territoriales; Christine Albanel, ministra de Cultura y Comunicación; e Yves Jégo, Secretario de Estado de Ultramar, inaugurarán las nuevas salas permanentes “Burdeos, el comercio atlántico y la esclavitud”, en el Museo de Aquitania.
Mejorar la imagen de su gobierno con la denuncia del pasado esclavista de Francia, mientras sigue perpetuando siempre una política francesa interior y exterior de dominación y explotación,
¡Cuánta hipocresía!
Siglo y medio después de la abolición oficial de la esclavitud, ¿podemos afirmar que ésta ha desaparecido? ¿Las autoridades públicas pueden conmemorarla como si fuese un asunto del pasado? Tras la abolición oficial de la esclavitud, es evidente que han tomado el relevo otras formas de dominación y explotación cuya abolición constituye en la actualidad un reto principal.
La deuda del Tercer Mundo o cómo fabricar las condiciones de explotación y esclavitud
Las grandes potencias, las instituciones financieras internacionales (FMI y Banco Mundial) y las multinacionales, en especial por medio del mecanismo de la deuda, son responsables del saqueo de las economías de los países del Tercer Mundo y de las libertades de los pueblos del sur. La deuda de los países en desarrollo se estima en 3,36 billones de dólares y mantiene al 85% de la humanidad en la miseria: los países pobres gastan más en pagar sus deudas que en sanidad y educación juntas. Dichos países han reembolsado el equivalente a 102 veces lo que debían en 1970, pero mientras tanto sus deudas se ha multiplicado por 48 (2) La deuda es uno de los mecanismos de mantenimiento y fabricación de las condiciones de explotación y esclavitud. La abolición de la deuda en su totalidad y sin condiciones, constituiría un primer paso importante para la abolición de la esclavitud.
Los derechos humanos fundamentales no estarán garantizados mientras exista la esclavitud La soberanía política y económica de los países del sur está escarnecida y no se garantizan los derechos humanos fundamentales. Un ser humano que no tiene acceso al agua, a la alimentación y a otros derechos y bienes básicos, no es libre. Hacen falta 80.000 millones de dólares anuales durante 10 años para garantizar a toda la población los servicios sociales básicos (educación primaria, sanidad, agua, saneamiento). Por lo tanto, bastaría con dos milésimas del patrimonio acumulado por los 10,1 millones de millonarios de 2007 (calculado en 40,7 billones de dólares) para conseguir los 80.000 millones de dólares necesarios (3). El rechazo a la distribución de la riqueza (la renta de las 500 personas más ricas del mundo es superior a la suma de las rentas de los 416 millones de personas más pobres) y el antenimiento deliberado de poblaciones enteras en condiciones contrarias a los derechos humanos es una forma de esclavitud.
Capitalismo y esclavitud hacen buena pareja
También es cuestionable si son libres los trabajadores sometidos a Acuerdos de Asociación Económica (AAE) dirigidos a liberalizar el comercio. Si son libres los emigrantes obligados a abandonar sus países, a sus familias y sus amigos, con la esperanza de sobrevivir.
Si no son esclavos los sin papales que fabrica Europa para proporcionar mano de obra barata a sus empresarios. Si las personas encerradas en los campos de la vergüenza antes de que los «deporten» no son la demostración de una sociedad que considera que no todos los seres humanos son libres e iguales. Y si no son esclavos, también, los niños que trabajan en las fábricas de todos los rincones del mundo para suministrar trastos al norte. La lista sería interminable, los modernos esclavos del sistema neocolonial y capitalista son legión. El establecimiento del beneficio como fundamento del sistema, inevitablemente engendra explotación y esclavitud; es el sistema actual el que crea las condiciones de explotación y esclavitud de las poblaciones. Es imprescindible salir del capitalismo para abolir la esclavitud y establecer un sistema centrado en las necesidades humanas básicas. No clamar sólo por el beneficio y rebelarse contra la esclavitud.
Así, conmemorar la abolición de la esclavitud, también es poner de manifiesto que el sistema capitalista es el eje de una nueva esclavitud cuya abolición debe movilizar las conciencias a escala internacional. La libertad se conquista, todavía no ha llegado el tiempo de las conmemoraciones.
Notas
- El título del artículo es una expresión de Thomas Sankara en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
(1) La “ley Taubira”, del 21 de mayo de 2001, es una ley francesa relativa al reconocimiento de la trata y la esclavitud como crímenes contra la humanidad. Según el artículo Primero, la República francesa reconoce que la trata de esclavos transatlántica, así como en el océano Índico, por una parte, y por otro lado la esclavitud, perpetradas a partir del siglo XV en América y el Caribe, en el océano Índico y en Europa, contra las poblaciones africanas, amerindias, malgaches e indias, constituyen un crimen contra la humanidad.