De acuerdo con información proporcionada por los trabajadores en la administración de AFL existe una red de corrupción que podría estar estafando a la empresa con varios millones de lempiras y afectando a los operarios.
El desorden administrativo se ha prestado para que existan planillas fantasmas que pueden pasar de cien empleados que cobran salarios y todos sus pagos, pero que no laboran en la planta.
Durante meses se cancelaron las tarjetas para controlar asistencia. De hecho conocemos casos de obreras que tienen seis meses de laborar en Alcoa y nunca han marcado tarjeta.
De esa manera, la única información para hacer los pagos es la suministrada directamente por los Team Leader y supervisores, la cual puede ser alterada en administración.
Por ejemplo José Santos, un Team Leader que le apodan El “Chato”, le asignaba horas extras a una obrera que se iba a las 11:45 y la reportaba como que salía a las seis de la mañana. Según los informantes de eso estaba enterado el ingeniero Celestino, que no decía nada porque eran amigos.
También hay personas que se han retirado de la empresa y no los reportan, los siguen manteniendo en planilla y les siguen saliendo los pagos y hasta liquidaciones. Conocemos el caso de un obrero que fue despedido desde enero de 2007 y supuestamente fue liquidado hasta en junio. Sin embargo, él nunca recibió los pagos de esos meses que se supone fueron cobrados por alguien ligado a la oficina de personal.
Creemos que eso es posible porque supimos que un obrero de la línea 525 renunció en octubre de 2006 y como el pago se los acreditan a una cuenta bancaria, él siguió yendo al cajero y retirando sus pagos durante seis meses más, como si estuviera laborando.
Sin embargo el rumor es que igual que esos obreros despedidos hay otros que aparecen en planilla pero que nunca han laborado en Alcoa. Los supervisores decían que en los listados de los empleados a su cargo aparecían personas que ellos nunca habían visto.
La consecuencia es que a los trabajadores se les presiona mucho más para que saquen la producción que normalmente tendría que resultar con la cantidad supuesta de personal.
Había que sacar la meta de los fantasmas.
Con todo el desorden, pierde la empresa y pierden los trabajadores. No se concibe como una empresa multimillonaria no haya tenido sistemas confiables de asistencia de sus empleados.
Aprovechando el desorden administrativo
Algunos empleados de planta se han aprovechado del desorden de los administradores.
Sucede que las vacaciones se otorgan verbalmente, sin ninguna solicitud y de un día para otro. El supervisor sólo tiene que reportar la ausencia como vacaciones, para que se las descuenten en Personal. Sin embargo varios supervisores les permiten a sus amigos que falten y no reportan las inasistencias.
Supimos el caso de la trabajadora Noemí Licona que faltaba un día todas las semanas; cuando preguntaban los demás operarios, su amiga supervisora Ester Rivas justificaba que “faltó a cuenta de vacaciones”, pero ella la reportaba como que había asistido. Sus pagos le salían completos y hasta fue escogida como empleada del mes por nunca faltar a labores.
Por otra parte, se conoce de muchos casos de personas que perdieron sus pagos porque en el banco aparecía que les habían acreditado a su cuenta, pero que ya había sido retirado del cajero automático y ellos no lo habían hecho.
Es el caso de una aseadora llamada Yaneth, le asignaron el pago y aguinaldo en diciembre de 2006 y cuando fue al cajero estaba en cero. Luego acusaron a un trabajador despedido desde hacia 4 meses de haberle sacado el dinero, pero nunca explicaron como fue posible y ella perdió su dinero.