Texto material producido por las organizaciones populares del Aguán en el marco de duódecimo aniversario de su asesinato.
Un hombre honesto solidario y de mucho valor, tenía muchas cartas de presentación: defensor de los Derechos Humanos, sindicalista y un buen Cristiano, comprometido con la construcción del Reino de Dios, de los que representan la tierra fértil que hace producir la semilla al ciento por uno.
CARLOS, un incansable delegado de la palabra de Dios, que ésta parroquia y pueblo de Tocoa siguen necesitando para poder liberarse de la opresión que cada día es sometido. Lleno de esperanza asume el compromiso de ser agente de pastoral porque cree que hay muchas cosas por hacer y solo es posible mediante el ejemplo de vida que como cristianos debemos adoptar, puesto que si estamos en la iglesia, alguna transformación debemos tener en el comportamiento en cualquier lugar que vivamos.
Carlos nació en esta ciudad de Tocoa el 10 de agosto de 1958; fueron sus padres José Andrés Escaleras y Ofelia Mejía, quien murió en 1998 seis meses después del asesinato de su hijo, sumida en la tristeza y la impotencia ante la impunidad que impera en el país.
A mediados de los 90, Carlos coordinó las acciones COPA para enfrentar al poderoso empresario Miguel Facussé, que pretendía instalar una planta extractora de aceite de palma africana cerca del rio Guapinol, lo que traería una enorme contaminación para al menos cinco comunidades además de algunos barrios de Tocoa.
También en 1997 encabezo las protestas contra el coronel Aldana, comandante del XV Batallón de Infantería, quien, por intereses personales, impedía el acceso al agua a los habitantes de Chapagua, Agua Amarilla, Honduras Aguan y otras poblaciones. En agosto de ese año fue amenazado por el coronel Aldana.
Se había convertido en un crítico muy fuerte de la política tradicional local y hacia propuestas de cambio.
En el marco del duodécimo aniversario del asesinato cobarde de nuestro ejemplar compañero Carlos Alfonso Escaleras Mejía seguimos exigiendo JUSTICIA y no descansaremos hasta ver a los responsables de este crimen, que son llevados a los tribunales.
La justicia no es un acto de violencia o de venganza, al contrario es acto de amor, de misericordia y de piedad. No es de cristianos auténticos quedarse de brazos cruzados ante un daño causado con alevosía y preparación, es ser enemigos de la voluntad de Dios y cómplices de los pecados y fechorías de los que traman y ejecutan el mal, que se aprovechan de su poderío económico y político para arrebatarle al pobre lo que le pertenece y enseguida se pasean por las calles de las ciudades como señores honorables, a los que hay que saludar.
Carlos Escalera VIVE !
La lucha SIGUE!
CONSEJO DE SECTOR Y PLAN PASTORAL DE TOCOA.
CONSEJO ECLESIAL DE Bº LOS LAURELES.
COORDINADORA DE ORGANIZACIONES POPULARES DEL AGUAN (COPA)