Con el despido de más de cincuenta trabajadoras (es), la fábrica maquiladora Intermoda, propiedad de la familia Chahín, una vez más pone en evidencia la actitud antisindical de los empresarios hondurenos.
El despido de las trabajadoras se produjo luego que los ejecutivos de la empresa despertaran interés en una simple sospecha de que los obreros buscaban organizarse en sindicato, para enfrentar las violaciones laborales que allí se cometen.
“Los trabajadores pueden hacer uso del derecho, ya para eso está el Ministerio del Trabajo que debe brindarles la protección para que logren la organización” dijo un activista sindical, quién condenó la actitud de los empresarios que siempre buscan disipar el deseo de organización de los obreros.
Denunció violaciones laborales cometidas en esa empresa como: el acondicionamiento de la asistencia médica por parte de los supervisores y no por la enfermedad de la persona, la obligación de realizar horas extras, incluyendo a los obreros que estudian, quienes son sometidos a laborar tiem¬po extraordinario durante los sábados y domingos. De igual manera, el método de pago
de bonificaciones por producción ocasiona la existencia de metas excesivas, esto obliga a trabajar más tiempo de lo establecido y el hostigamiento de algunos supervisores.