Integrantes de grupos organizados en frentes estudiantiles de la institución, presionaban con una toma del Boulevard Fuerzas Armadas, a la altura del colegio para que las autoridades de ese centro de estudios no cumplieran la amenaza de expulsar a dos de sus líderes que el 20 de junio organizaron otra manifestación en protesta para que se les aumente el bono de 400 lempiras para transporte que el Estado les asigna una vez al año, y que está pendiente de pago.
La mayoría de las víctimas son menores de 16 años, pues la represión fue a eso de las 11:00 de la mañana, cuando los alumnos de Ciclo Común, salían de su jornada de clases para regresar a sus hogares.
Los y las adolescentes afectadas tenían golpes y heridas a causa de las bombas, además signos de intoxicación por los gases lacrimógenos.
Posteriormente fueron atendidos en la enfermería de la institución, dónde se les brindó los primeros auxilios para que regresaran a sus casas.
Una estudiante de tercer curso iba a tomar el autobús para regresar a su casa, cuando sintió un fuerte impacto en su hombro derecho, por lo que corrió apresuradamente para huir, pero el ambiente lleno de gas le imposibilitó su paso, así que como pudo logró ingresar al predio del colegio, sin darse cuenta hasta entonces que había sido una bomba la que le había golpeado e hinchado su hombro.
La profesora Claudia Mejía, del área de Matemáticas, que además es defensora de derechos humanos, explicó que los jóvenes atropellados por la policía ni siquiera formaban parte de la manifestación, sino que ellos estaban dentro del colegio mientras los manifestantes tenían cerrado el portón principal, y cuando se informó que los sus compañeros no habían sido expulsados, abrieron el portón y se decidió despachar al alumnado, antes de la hora correspondiente.
De repente aparecieron los uniformados y lanzaron bombas sin saber a quién, pues ya no había toma de carretera, “se supone que el protocolo de los policías es decirle a los inconformes, que están actuando incorrectamente y pedirles que desalojen pacíficamente, pero creo que han cambiado las reglas, ahora eso se lo piden a los delincuentes; y a los estudiantes los desalojan de un sólo y no nos han informado, ese cambio”.
Hasta el momento se desconoce las medidas oficiales que tomarán las autoridades en respeto a los derecho de sus alumnos, ya que ellos hacen lo que ven hacer, si con violencia son atacados con violencia van a responder, pero los jóvenes en ningún momento agredieron a nadie, pues ni siquiera lanzaron piedras.
Preocupa que la Policía actué de esta manera, que se olvide de todo el profesionalismo que tanto pregona el “showman” que ya se me olvidó el nombre, sólo sé que es de apellido Álvarez, porque me recuerda con un parentesco de una persona non-grata de toda la historia de Honduras, continuó la profesora.
La defensora de los derechos humanos dijo que como maestra enseña a sus alumnos a que defiendan sus derechos, que no se dejen atropellar por nadie; mientras otros docentes los reprimen para que no se organicen en los frentes estudiantiles, cuyo propósito es defender los derechos de sus compañeros.
Los derechos humanos deben prevalecer y estar sobre todo, añadió la catedrática, quien acompañó a los estudiantes hasta que llegaron procuradoras del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos de Honduras, COFADEH.
Por: Defensores en linea