Con la muerte de Peralta, ya son 57 los campesinos matados en confrontaciones con la policía, el ejército, y por matones de los terratenientes durante más de tres años de protestas por tierra.
Miles de campesinos y trabajadores agrarios ocuparon granjas por toda Honduras el 17 de abril para exigir tierra. La mayoría de los manifestantes fueron desalojados por la policía, el ejército y guardias privados de los terratenientes, pero las confrontaciones recientes demuestran que la lucha por tierra continua.
“Hubo alrededor de 45 tomas a nivel nacional el 17 de abril”, dijo Marvin Morales, un dirigente del Movimiento Campesino de San Manuel, formado hace dos años, en una entrevista telefónica con el Militante. “El más grande lo hicimos nosotros con 1 500 familias cerca de San Pedro Sula”. El movimiento es uno de 13 agrupaciones de campesinos que organizaron las protestas a nivel nacional.
A pocas horas llegó la policía y el ejército y le ordenaron a los campesinos que desalojaran, dijo Morales, y arrestaron a más de 100 personas. Algunos de los participantes en la toma en San Pedro Sula eran empleados de los centrales Azucareros. “Para ganar 80 lempiras [4 o 5 dólares] uno tiene que cortar 200 metros. Es difícil ganar 200 o 300 lempiras en un día [15 dólares]”. “La caña solo da divisas a los dueños de los ingenios”, dijo Morales, “pero lo que a nosotros nos interesa es alimentarnos: maíz, arroz, yuca, frijoles”.
Los terratenientes están violando las leyes de reforma agraria, que en esta región pone un limite de 242 hectáreas por terrateniente, dijo Morales. Bajo la presión de una huelga de trabajadores del plátano en 1954 y el temor al ejemplo de la revolución socialista de Cuba en 1959, que inspiró a trabajadores y campesinos por toda América Latina, el gobierno de Honduras inició una reforma agraria parcial en 1962. De 1962 a 1984 entregaron pequeñas parcelas a unas 52 mil familias campesinas.
Según un informe de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) emitido en julio de 2000, el 40 por ciento de la tierra cultivable está en manos de 2.7 por ciento de los agricultores, mientras el 70 por ciento de las granjas son menores de 4 hectáreas.
“Todo se puede hacer con dialogo con los dirigentes campesinos”, dijo José Lizardo, director ejecutivo de la Federación Nacional de Agricultores y Ganaderos de Honduras, al Militante. Pero los campesinos “tienen que ir por el canal de la ley”.
“El problema aquí es que las leyes, los ministerios, no favorecen al campesino”, dijo Morales. “Ser un campesino y solicitar la tierra te vuelve un criminal”.