El agua es vida y la vida no tiene precio 12 razones para rechazar la privatización del agua

1.Usurpa la responsabilidad y obligación del gobierno de proveer los servicios básicos al pueblo como el agua, desagüe y energía. Las transnacionales o corporaciones nativas toman el control de esos servicios con el objetivo principal de obtener ganancias.

2.Agudiza la falta o escasez del servicio del agua y desagüe en las comunidades pobres yasentamientos humanos. Por ejemplo, la concesión a la Suez en El Alto, Bolivia, a pesar de contener una cláusula en el contrato para expandir el servicio y mejorar la calidad, aumentó el número de familias que no cuentan con este servicio y la calidad del agua se han deteriorado. En Buenos Aires la transnacional,Aguas Argentinas, instaló 40,000 medidores adicionales a los usuarios que les conectó instalaciones nuevas, les trató de cobrar y cuando no pudieron pagar les cortó el servicio.

3.El aumento excesivo y continuo de las tarifas del agua y desagüe. No existe un solo ejemplo de algún país en el cual las tarifas del agua privatizada o concesionada hayan sido mantenidas o reducidas. Las protestas en Cochabamba (Bolivia), Tucumán (Argentina), EEUU, Puerto Rico, Johannesburgo (Africa del Sur), Yakarta (Indonesia), Manila (Filipinas), Malaysia, prueban lo contrario. Los incrementos a las tarifas han ocurrido a pesar de que en los contratos de privatización o concesión indicaban que no iba a ver aumento en un determinado periodo.

4.La eliminación de los subsidios del Estado. La gente pobre de Choluteca, Olancho, Santa Bárbara, Copán, Colón, Ocotepeque, Islas de la Bahía, Yoro, y otros pueblos cercanos a las ciudades grandes no pueden pagar las mismas tarifas que los beneficiarios de la inequidad en los barrios más ricos de Tegucigalpa, San Pedro Sula, La Ceiba. La eliminación de los subsidios del agua en los países pobres puede ser letal. Esa acción obliga a las comunidades pobres a abandonar en masa los servicios del agua potable de alto costo, para usar el agua de un río cercano gratis pero contaminado.

5. La pérdida irreversible de la propiedad pública a los derechos del agua. El pueblo se desmoraliza al ver que sus aguas les han sido arrebatadas para convertirlas en simple mercancía de transnacionales extranjeras. Esto lleva al abandono de la protección de las fuentes de agua por las comunidades. Este importante factor cultural es descuidado por tecnócratas irresponsables que promueven la privatización del agua.

6.Ausencia de la participación ciudadana en la gestión y el monitoreo de la calidad del agua. La experiencia de varios países con servicios de agua privatizados demuestra que las transnacionales del agua son vehementemente antidemocráticas y discriminatorias. Con la complicidad de gobiernos y alcaldes sumisos que gobiernan arrodillados ante el dinero, violan los controles de calidad y eficiencia. No reportan al público sobre los indicadores ambientales, de salud, y de calidad, manteniéndolos en la absoluta ignorancia.

7. Promueve la contaminación de los ríos, lagos y el ecosistema. A las transnacionales del agua no les interesa la impune contaminación de las fuentes de agua efectuadas por las transnacionales mineras y petroleras. Por ejemplo, que tipo de controles de calidad llegaría a negociar Aguas de San Pedro con las peores empresas contaminadoras de los ríos Bermejo, Piedras, Chamelecón y Santa Ana, río Blanco, y Armenta? Lo único que ven es como repartirse con calidad y eficiencia las utilidades obtenidas de la explotación de los recursos naturales.

8.La falta de eficiencia y lo principios de conservación de agua. Para una transnacional, vender el agua como mercancía es mucho más rentable que gastar recursos en educar al pueblo sobre los beneficios de la eficiencia y conservación del agua. El reciclaje, eficiencia y conservación de agua reduce las ventas. Cuanto más despilfarran el agua, mejor (con tal que me paguen). La educación ambiental para la conservación y eficiencia del agua son medidas necesarias para países pobres como el nuestro que tiene escasez de agua potable.

9.Empeora la calidad del agua. Las empresas privadas tienen pocos incentivos para solucionar los problemas de salud crónicos y de largo plazo asociado con la contaminación del agua con concentraciones iguales o por encima de los niveles permisibles de la Organización Mundial de la Salud o la Agencia de Protección Ambiental de los EEUU. Los privatizadores, con el Banco Mundial a la cabeza, sostienen que con un control estricto del gobierno y la comunidad, la calidad del aguamejorará. Eso es falso. No ocurrirá ni en Inglaterra donde las leyes son leyes. Allí aumentaron las multas pero la calidad del agua no mejoró.

10.Despido de trabajadores y personal técnico calificado. La pérdida del capital humano es irreversible. Las concesiones son a largo plazo (10-50 años). La experiencia ganada en servicios laborales, gestión, ingeniería, planes de desarrollo y expansión, relaciones con la comunidad, etc., se perderán para siempre. Las empresas privadas del agua buscan recuperar costos maximizando sus ganancias, y lo más fácil es eliminar empleos. En el mejor de los casos, la privatización permite reducir el personal a través de retiros voluntarios , ojo que a los que se quedan se les hace nuevos contratos eliminando sus beneficios adquiridos.

11.Elimina la competición . Privatización no es lo mismo que competición. La competición puede ocurrir cuando el Estado ofrece en venta o concesión una empresa nacional. La historia de las privatizaciones demuestra que solo existe corrupción y soborno. Es por eso que casi todas las privatizaciones de empresas públicas hechas desde los 90s pueden considerarse ilegales. La privatización genera monopolios, no competición.

12.El deterioro del mantenimiento y la infraestructura del agua como las fuentes de abastecimiento, reservorios, tratamiento y tuberías, entre otros. Promoverá el fin de la cooperación internacional al servicio de agua de los municipios locales y provinciales (además a las donaciones de Alemania, Japón, etc.). Ese dinero será compensado por el aumento de tarifas. En conclusión, la oposición a la privatización del agua potable se justifica plenamente porque tendrá un impacto negativo en la vida diaria. Las potenciales repercusiones en salud, medio ambiente, calidad del agua, acceso de los sectores pobres al agua y desagüe, la falta de participación pública y el inevitable aumento de las tarifas, etc, justifica nuestro profundo rechazo.

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