¿Es posible tener elecciones después de un golpe militar y se mantiene la persecución, presos políticos, desalojos violentos, asesinatos, la tortura a Agustina Flores López, quien fue brutalmente golpeada por la policía y por orden del Juez se le envía a la cárcel cuando debía estar en un hospital? ¿Es posible el diálogo con la Embajada de Brasil y el Presidente Zelaya, su familia y ocupantes que han sido objeto de tortura con gases tóxicos y asediados por las fuerzas militares y policiales mediante tortura psicológica? ¿Es posible un diálogo con la muerte o con el asesinato de dirigentes magisteriales, apuñalamiento de jóvenes de la resistencia, el desalojo de campesinos sindicalistas del instituto Nacional Agrario. ¿Es posible el diálogo con el agravamiento de la crisis social y de pobreza por un golpe que cuesta millones de dólares, en donde se pone en peligro la paz en América Latina?.
La conclusión de todo eso es que no es posible ni elecciones ni con el diálogo más violento del mundo.
Exigimos la libertad de los presos políticos y de Agustina Flores, el cese de la tortura y la paz y justicia para el pueblo de Honduras y los pueblos de América Latina.
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