En los años 8o, en pleno crecimiento del sector arrocero hondureño, existían 25 mil productores de arroz, según datos del Censo Nacional agropecuario. La cadena de producción del arroz proporcionaba en 1988, aproximadamente 150 mil empleos directos e indirectos, según la Federación Centroamericana del Arroz.
En esa época, el arroz era fuente de bienestar para miles de familias hondurenas al facilitar los recursos necesarios para construir viviendas, asfaltar caminos e instalar agua potable y luz eléctrica.
Este prometedor panorama cambió súbitamente en 1991, cuando el gobierno decidió reducir bruscamente el arancel a las importaciones de arroz para cubrir el déficit provocado por una sequía.
Las regiones productoras de Honduras se vieron sacudidas por las inundaciones de arroz importado y donado por los Estados Unidos. El sector arrocero de Honduras sabe muy bien cuales pueden ser los efectos del TLC con Estados Unidos, en la agricultura de la región.
Las consecuencias fueron funestas:
T El número de productores se redujo de 25 mil a menos de 2 mil.
T Los empleos directos e indirectos pasaron de 150 mil, a 11 mil 200.
V La producción bajó en un 86 por ciento, en n años.
Y La dependencia alimentaria supera el 90 por ciento.
V El gasto en importaciones de arroz ha pasado de i millón a más de 20 millones de dólares anuales.
Y Los beneficiarios fueron los grandes exportadores estadounidenses y los comercializadores hondurenos, ya que el precio al consumidor en dólares, incluso aumentó un 12 por ciento en los últimos 10 años.
(Tomado de “El arroz se quemó con el DR-CAFTA”, informe de OXFAM)