En el 27 aniversario de Gustavo Morales y Rolando Vindel

Las sátrapas de ayer que resurgieron como fantasmas de ultratumba con el Golpe de Estado hoy nos siguen atropellando, arrancando vidas valiosas, ordenando desde su escondite la represión y la muerte.

El farsante y repudiable régimen de Porfirio Lobo Sosa, continuador del golpe de estado exhibe sus garras y su plan malévolo contra el pueblo en resistencia. Las relaciones con altos personajes, reconocidos y denunciados en el mundo por violadores a los derechos humanos, promotores de la organización de grupos paramilitares y escuadrones de la muerte como el ex presidente Alvaro Uribe no son nada fortuito, como tampoco lo es los convenios de cooperación establecidos en su gobierno con la Secretaría de Seguridad y el ministro Óscar Àlvarez Martínez, sobrino del tirano y asesino Gustavo Álvarez Martínez

El asesinato de Ilse Velásquez Rodríguez, hermana del también desaparecido Manfredo Velásquez no debe quedar impune exigimos justicia como seguimos hoy reclamando por la de nuestros compañeros Gustavo Morales, Rolando Vindel y todos/as nuestras mártires.

En su memoria :

Gustavo Adolfo Morales Fúnez
Nació el 17 de septiembre de 1947, en la ciudad cívica de Olanchito, siendo el mayor de tres hijos nacidos en el hogar formado por Don Celedón Morales y María Fúnez.

Sus primeros años de vida los pasó en la Finca Bálsamo, en donde su padre era empleado de la Compañía Bananera Standard Fruit Company, y fue allí donde cursó la educación primaria. Luego retornó a Olanchito en donde se inscribió en el Instituto Francisco J. Mejía, concluyendo en éste su educación secundaria.

En 1970, Gustavo se traslada a Tegucigalpa a realizar los estudios universitarios, matriculándose en la Facultad de Ciencias Económicas. Tuvo que suspender su formación universitaria para trabajar en el Programa de Capacitación Campesina para la Reforma Agraria PROCARA, obteniendo el diploma de Técnico en Desarrollo Agrario (TDA).

En junio de 1975 fue trasladado como empleado del INA a Juticalpa, desempeñando una ingente labor orientada a la organización y capacitación del campesinado olanchano. Es aquí donde ocurren dos hechos importantes que cambiaron su vida; su matrimonio con la profesora Rina Oyuela, con quien procrearon tres hijos: Mario Iván, Mariela Iveth y Arturo Celedón; y su elección como Presidente de la Seccional de Juticalpa del SITRAINA, resultado de su destacada participación en el movimiento sindical dentro del Instituto Nacional Agrario. Ya en 1976 fue electo Presidente de la Junta Directiva Central, cargo que desempeñó hasta 1977 cuando la represión implantada contra el movimiento popular alcanzó hasta el SITRAINA, siendo descabezada su dirección.

Un año después Gustavo entra a laborar en el Instituto Hondureño de Desarrollo Rural (IHDER), en capacitación campesina, y simultáneamente prosigue con sus estudios universitarios, militando en el Frente Estudiantil Socialista (FES). Por su militancia activa dentro de éste fue designado miembro del Claustro Pleno de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

Al momento de su desaparición ya era Licenciado en Economía, se desempeñaba como Subdirector de la Lotería Nacional de Tegucigalpa y era miembro del SITRAPANI. Fue secuestrado el día 18 de marzo de 1984, presenciado el hecho por un vigilante del Ministerio de Relaciones Exteriores y por el Magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Luis Mendoza Fugón.

Sus restos fueron exhumados el 26 de octubre de 1995 en la Aldea de San Martín, El Maguelar, Danlí, El Paraíso. Gustavo Morales fue un ejemplo de dignidad y de compromiso militante con las causas populares. Su desaparición sólo se explica en el deseo morboso de los sectores dominantes de apagar la llama de la lucha por una Honduras libre.

ROLANDO VINDEL GONZALEZ
Fue secuestrado a las 8 de la mañana del 18 de marzo de 1984 cuando cruzaba el Parque La Lona de Tegucigalpa. El subteniente Idelfonso Oliva y otro soldado lo encañonaron con armas de reglamento.

Vindel era el presidente del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (STENEE) y aquella mañana iba a continuar su discusión con la patronal de la cláusula económica del Contrato Colectivo de Trabajo.

En la negociación del año anterior había sido capturado, puesto en cautiverio y torturado para que aceptara la imposición de cláusulas lesivas a los intereses de sus compañeros y por supuesto favorables a la empresa. No lo doblegaron.

Dunia Montoya
Comun- Noticias

Fuente: COFADEH

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