En Conferencia de Prensa el Comité Ambientalista del Valle de Siria presentó los estudios efectuados a 10 personas residentes en las aldeas El Pedernal y Nueva Palo Ralo del municipio de El Porvenir, Francisco Morazán. Se hizo énfasis que éstas personas no son trabajadores de la empresa minera Entre Mares, sino simplemente vecinos que por el consumo de agua y alimentos sufren la presencia en su organismo de metales nocivos para la salud.
Las investigaciones se realizaron bajo los parámetros establecidos en la Agencia Ambiental del Banco Mundial para la actividad minera y valores universales utilizados por la Organización Mundial de la Salud.
Dados los valores de plomo, arsénico y cianuro encontrados en las personas que fueron sometidas a análisis por los investigadores, así como la contaminación de las aguas de la Quebrada Guanijiquil, Agua Tibia y en pozos domésticos. Así como el alarmante aumento de casos de mortalidad infantil, estrabismo y enfermedades como Atrofia Muscular Espinal en niños y niñas, Bianchini recomienda el cierre de la Empresa Entre Mares subsidiaria de la transnacional canadiense Glamis Gold.
Añade el biólogo italiano que el arsénico produce irritación en los ojos y piel, así como efectos dañinos en los sistemas: Respiratorio, digestivo y cardiovascular. Las personas con concentraciones excesivas de arsénico pueden sufrir de gastroenteritis, desórdenes cardíacos, disfunción renal, anemia, neuropatía y anemia, entre otras enfermedades.
Los estudios revelaron un fuerte incremento de enfermedades dermatológicas y oftálmicas en la población que al año 2003 superaban el 45 por ciento de personas expuestas al metal arsénico.
El doctor Juan Almendarez exigió a los congresistas hondureños la derogación de la Ley de Minería. “Si los diputados o diputadas apoyan a las empresas mineras, los vamos a declarar traidores al país y a la vida”.
Almendarez añadió que “hay un extremo peligro a que están sometidas las poblaciones y es necesario que el gobierno se defina: O está del lado de las mineras o está del lado del pueblo hondureño”.
En junio de este año el cardenal Oscar Andrés Rodríguez lanzó una campaña ambiental en contra de la explotación minera a cielos abiertos y solicitó al Congreso Nacional la prohibición del método de explotación a cielos abiertos y urgió la aprobación de las reformas a la Ley de Minería.
Por su parte el obispo de la Diócesis de Copán al occidente del país, exigió la derogación de la Ley de Minería. El líder religioso acompañó junto a sus feligreses católicos a grupos ambientalistas e indígenas que exigieron la derogación de varias leyes nocivas para los intereses de la nación entre ellas, la Ley de Minería.