López, de 50 años, pereció a manos de sicarios cuando éste regresaba a la finca luego de haber acudido al cementerio de la localidad por ocasión del día de difuntos.
Según testigos, dos carros repletos de guardias de seguridad los interceptaron y sin mediar palabra, procedieron a acribillar a las personas que viajaban junto al ahora occiso.
En un acto desesperado, los campesinos tuvieron que huir del lugar para evitar la muerte, sin embargo ésta se llevó a López.
En tanto, José Luis Lemus (35) resultó herido de bala y fue conducido hospital Atlántida de La Ceiba, mientras que a Nilda Fúnez Nataren (18) una bala fracturó uno de sus brazos y arrancó parte de la piel de uno de sus pechos.
A esta hora, se desconoce el estado de salud de los perjudicados.
Además, los labriegos señalaron que tras el incidente, los paramilitares se marcharon de la plantación que supuestamente pertenece al terrateniente nicaragüense junto a miembros del batallón denominado “Xatruch”.
De acuerdo a la organización defensora de derechos humanos Fian, “las cuatro organizaciones campesinas afiliadas al Marca fueron asentadas en la finca ‘San Esteban’ con 471 hectáreas que fueron otorgadas por el Instituto Nacional Agrario (INA), luego de llegar a un acuerdo con el agroindustrial René Morales, según confirmó en aquella oportunidad el jefe regional de esa institución en Sinaloa”.
Este organismo asegura que las entidades que participaron en la audiencia concedida por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el 24 de octubre anterior, solicitaron a esa institución que emitiera recomendaciones al Estado de Honduras para que investigara y sancionara los crímenes y demás violaciones a los derechos humanos en el Aguán.
Con la muerte del campesino Catalino López, son más de 50 campesinos que han sido liquidados en defensa de la tierra que les pertenece.
Por estos hechos –entre otros– a Honduras se le considera como el país más violento del mundo porque tiene una tasa de 80 asesinatos por cada 100,000 personas.
Por: El Libertador