Otra economía es posible, consumiendo lo nuestro

Es necesario y posible construir una economía alternativa, impulsando un cambio en la organización social de la producción, distribución y consumo de bienes y servicios para asegurar la satisfacción de las necesidades de la población y al mismo tiempo garantizar la reproducción de la vida con calidad creciente.

Eso es lo que se busca y encuentra en la economía solidaria, una propuesta integral tanto en lo político, económico y cultural para el cambio de sociedad, que se está desarrollando en América Latina y en el mundo. Aunque no ha alcanzado por el momento ser parte de un sector de la economía real, hay experiencias aisladas que ya muestran el camino.

La economía solidaria es más que una economía para los pobres, no se trata solamente de organizar cooperativas y microempresas, pero una de las principales condiciones para su desarrollo es el impulso de un sector de trabajadores asociados, articulados en redes de comercialización, de apoyo y cooperación económicas, políticas y culturales.

Se pretende también, ampliar el campo de la democracia a la economía, con mayor participación en las organizaciones económicas y en el Estado. Implica una lucha cultural respecto al rescate de valores y principios de una ética solidaria y en lo político ser requiere sumar voluntades en torno a un proyecto.

COMAL una alternativa real en Honduras

La Red de Comercialización Comunitaria Alternativa, RED COMAL, es una asociación de organizaciones de productores y consumidores de escasos recursos en el Honduras. Su objetivo principal es contribuir al mejoramiento de las condiciones de vida de los afiliados y afiliadas a través del apoyo a sistemas de producción sostenible y mediante la creación de canales equitativos de mercado entre productores y consumidores.

El director ejecutivo de COMAL, Trinidad Sánchez, explica que la Escuela de Economía Solidaria (ECOSOL), es una de las principales estrategias promovidas por COMAL de tal forma que se ha convertido en una experiencia única en Honduras en el campo de la comercialización comunitaria y ofrece lecciones aprendidas en la organización de la red de tiendas comunitarias.

Sánchez asegura que, “frente a la vigencia del TLC, los principales avances de COMAL han sido la sociabilización con la población de los impactos del tratado, la campaña permanente de Consumamos lo Nuestro y el aprovechamiento de ferias, foros, y asambleas para concientizar a la población sobre los productos nacionales”.

Agrega que para el fortalecimiento de las redes de distribución ha sido importante el acercamiento con sectores rurales y urbanos para crear alianzas de compra y venta, como alternativa soberana integrando una red de intercambio.

“La canasta básica solidaria con productos campesinos de los afiliados y
productos nacionales de empresas hondureñas, al igual que la priorización de una canasta básica mínima y alternativa, constituyen las opciones reales de los productores afiliados a COMAL frente al TLC”, afirma Sánchez.

Los productos que producen o apoyan en COMAL que tienen mayor distribución en el mercado nacional son los granos básicos, café, panela y derivados de la caña, productos medicinales, agroindustriales, como panaderias, tejidos, cereales y jaleas.

Un ejemplo de economía alternativa.-La Coordinadora de Mujeres Campesinas (COMUCAP), logró que la importadora alemana de Comercio Justo especializada en cultivos biológicos (GEPA), certificara la exportación independiente de su producto, convirtiéndose en la primera organización de mujeres productoras de café orgánico en el mundo aceptada por esta institución. Está conformada por 254 mujeres campesinas lencas de los municipios de Chinacla, Santa Elena, Cabañas y Marcala, en el Departamento de la Paz.

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