En el campo, definitivamente ayudan más los tractores que las carretas, pero cuando se habla del Tratado de Libre Comercio entre una potencia económica mundial y un país en vías de desarrollo, la comparación es válida; si se toma en cuenta las condiciones que atraviesan los campesinos hondureños, a quienes se les niega el acceso a la tierra, no cuentan con subsidios gubernamentales y no pueden adquirir tecnología moderna. Mientras los productores agrícolas en Estados Unidos tienen todas estas cosas y mucho más.
Marginados históricamente frente a los terratenientes y empresarios de la agroindustria nacional, quienes poseen más de un millón cuatrocientas mil hectáreas, en su mayoría sin uso productivo; 240 mil familias campesinas no tienen tierra para sembrar, se señala en el informe 2005 de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO).
Esto ha representado una bandera de lucha para las organizaciones campesinas, algunos han muerto incluso por esta causa, pero no se ha mostrado una voluntad política de los gobiernos para atender las demandas, lejos de eso se protege a los grandes empresarios y exportadores; ahora el panorama se ensombrece aún mas con la puesta en vigencia del TLC.
Con este tratado, Honduras ha hecho un mal negocio, donde los perdedores principales serán los productores de granos básicos, café, carne, productos avícolas, de cerdo, pesca y arroz, incluso los más sensibles como el maíz blanco, maíz amarillo, sorgo y el fríjol, que tarde o temprano se verán sometidos a la competencia desleal de los Estados Unidos.
En este segmento se encuentran algunos productores medianos y grandes, pero la gran mayoría son pequeños productores agrícolas, que siempre han tenido mayores riesgos y menor atención técnica y financiera de parte de las autoridades gubernamentales.
“La opción del país por la agricultura de exportación tampoco es una garantía de trato justo para los pobres. Los pequeños productores de café, principal producto de exportación del país y el producto agrícola con mayor distribución de ingreso por sus características, son un claro ejemplo de marginación”, se menciona en el documento Los campesinos hondureños y el financiamiento del estado, publicado por Oxfam Internacional y la Unión Europea.
Según se analiza en esta publicación, los cultivos de exportación como el café que descansa en 140 mil pequeños productores son financiados a través de grandes productores que solo representan el 4 por ciento de la producción total de café del país y que controlan la cadena del café.