Esta ofensiva financiada por el sector retrograda de la burguesía golpista contra la lucha pacífica del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) ha dejado por su paso después del 27 de enero, dos secuestros, ocho personas torturadas, dos agresiones sexuales, 14 allanamientos, 53 capturas ilegales, 150 exiliados, tres asesinatos y 55 familias perseguidas que han sido obligadas a cambiar de domicilio.
Las estadísticas publicadas por el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), confirma que las violaciones a los derechos humanos en Honduras son indetenibles, siendo sus víctimas, los militantes del FNRP.
En una cobarde actuación, que desnuda el temor de la burguesía golpista hacia el oleaje de las masas que sale a las calles a protestar pacíficamente en contra del sistema espurio que ellos dominan, arremeten con sus sicarios y escuadrones de la muerte sobre una población que está construyendo su propia historia.
El ataque perpetrado contra el joven militante del FNRP Tomas García Castillo, quien logró escapar milagrosamente de un intento de rapto en la colonia Kennedy en la ciudad capital y la amenaza a muerte contra el cronista de la Resistencia, Jorge Miralda son los últimos acontecimientos de terrorismo que promueve la continuación de la dictadura.
El joven García brindó su testimonio ante el Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (CODEH), y afirmó que dos desconocidos en un intento fallido de raptarle, procedieron a inferirle golpes mortales en su rostro dejándolo cuasi deforme.
Según la víctima, los atracadores conducían un vehículo 3.0 doble cabina y cubrían su fisonomía con pasamontañas. El afectado Tomas García se encuentra en un proceso de larga recuperación debido a la tortura a la que fue sometido.
Este miembro del FNRP también describió que el pasado 25 de febrero en la multitudinaria marcha del Frente, hubo un intercambio de palabras ante una provocación de la Policía Nacional para amedrentar a la pacifica manifestación.
Este hecho descubrió a cuatro hombres civiles y armados que estaban dentro de la marcha pacífica del FNRP, quienes al ver el alegato, se acercaron para amenazar con sus armas de fuego a los participantes de la marcha, enfrente de la Catedral de Tegucigalpa en el centro de la ciudad. Ambos pistoleros son reconocidos miembros de los escuadrones de la muerte.
Acontecimiento que puso en peligro la vida de las personas que por ahí transitaban, sin embargo no se registró ninguna víctima. Por su parte el cronista del FNRP Jorge Miralda denunció que el 28 de los corrientes recibió una llamada a su vivienda advirtiéndole su asesinato con fuertes palabras que acostumbran a pronunciar los amenazantes, quienes escondiendo su identidad han efectuado sus fechorías.
El trabajo de Miralda como militante del Frente, al describir cada detalle que enaltece la nobleza y el coraje de la Resistencia, es una labor pacifica que está registrando los principales hechos históricos de esta segunda década del siglo XXI, en Honduras.
La amenaza al cronista Miralda, es un claro irrespeto a los tratados internacionales de la libertad de expresión y pensamiento, que a lo largo de la historia de la humanidad lo han puesto en práctica regímenes tiranos.
En medio de esta cruda represión a la que ha sido sometida el pueblo de Honduras después del cuartelazo militar del 28 de junio, el señor Porfirio Lobo pretende que la nación centroamericana sea reconocida por el concierto de las naciones que han condenado el golpe de Estado y las violaciones a los derechos humanos que se siguen reproduciendo en este país.
Es importante que la nueva unificación de países Latinoamericanos y el Caribe surgido en la reciente cumbre de Rio efectuada en México, valoricen los acontecimientos que están haciendo derramar la sangre de inocentes que se oponen a vivir bajo una dictadura, antes de emitir un juicio de reconocimiento a Porfirio Lobo como presidente de Honduras, puesto que fue elegido bajo un régimen militar, que él mismo Lobo apoyo.
El terrorismo de Estado que impera en Honduras, fue también vivido en naciones como Brasil, Argentina, Chile, Bolivia, Venezuela y el resto de Latinoamérica que se opuso contra la hegemonía del imperio Estadounidense, en cuyo tiempo muchas vidas fueron exterminadas a punta de bayoneta y con el recrudecimiento de torturas que superaron las que se pusieron en práctica en la era de la inquisición.
De llegarse a concretar las amenazas del cronista Jorge Miralda y el joven Tomas García el responsable de estos hechos sería el Estado de Honduras, puesto que su deber es de velar por la seguridad y vida de sus ciudadanos como lo establece la constitución de la República.
La dictadura, que en nombre de Dios, asesina, tortura, amenaza y secuestra, es la misma que ansía ser reconocida como una democracia moderna, pero que sus antecedentes la convierten como una tiranía que perfectamente tendría su aprobación en los siglos XVI y XVII cuando en nombre de la muerte los colonizadores imponían a su dios.