En un ambiente de desconfianza generalizada se reanuda hoy, 13 de octubre, el “diálogo de Guaymuras”. En las primeras tres sesiones, las delegaciones del gobierno de facto y del presidente Manuel Zelaya, esta última conformada también por un miembro del Frente Nacional Contra el Golpe de Estado, han alcanzado algunos acuerdos sobre los primeros puntos del Acuerdo de San José. Sin embargo, los puntos 3 y 6, que abordan el tema de la restitución del presidente Zelaya y de la Asamblea Constituyente podrían acentuar las contradicciones entre las partes, y dar por terminado un diálogo que el gobierno de facto parece estar utilizando para fines que nada tienen que ver con la búsqueda de una salida a la crisis nacional.
Para analizar los resultados alcanzados hasta el momento y las perspectivas futuras, Sirel dialogó con Juan Barahona, miembro de la conducción colegiada del Frente Nacional Contra el Golpe de Estado y delegado de esta instancia popular en el diálogo.
-¿Cómo evalúa el trabajo desarrollado en los primeros tres días del diálogo?
-El primer y segundo día hemos discutido y acordado la agenda que vamos a desarrollar y comenzamos a analizar los diferentes puntos que conforman el Acuerdo de San José. En este sentido hay que reconocer que hubo algunos avances, y hay acuerdo entre las delegaciones sobre la conformación de un gobierno de reconciliación nacional, el rechazo a la amnistía para delitos políticos y al adelanto de las elecciones, el papel que van a jugar las Fuerzas Armadas en el desarrollo de las elecciones.
Sin embargo, para la Resistencia estos avances no tienen sentido si no encontramos un acuerdo sobre el punto 6 que prevé la restitución del presidente Zelaya.
-Otro punto donde difícilmente va a haber acuerdo es el número 3, donde se plantea la renuncia del presidente Zelaya a impulsar una Asamblea Constituyente.
-El presidente Zelaya ya ha dicho que está dispuesto a firmar el Acuerdo de San José y a renunciar a la Asamblea Constituyente durante el periodo que falta para que termine su mandato. Nosotros vamos a respetar esta posición del Presidente, sin embargo, como Resistencia, no vamos a renunciar nunca a impulsar la Constituyente.
La delegación de los golpistas pretende ahora que todos los delegados que participamos en el diálogo firmemos las actas de los puntos en que logramos un acuerdo. Es evidente que para nosotros va a ser imposible aceptar el punto número 3, así que nuestra propuesta va a ser que se pueda firmar bajo protesta, es decir agregar a cada acta una nota en la que se especifica que mi firma tendrá validez sólo y cuando se alcance un acuerdo integral, incluyendo la restitución del presidente Zelaya y la aceptación de una Asamblea Constituyente.
-La Resistencia y el mismo presidente Zelaya pusieron el 15 de octubre como plazo final. ¿Cree que hay posibilidad de alcanzar un acuerdo antes de esta fecha?
-Nos quedan tres días de pláticas. El problema es averiguar si los golpistas van en serio con este diálogo y si de verdad buscan una solución a la crisis en que se debate el país. Si así fuera, en media hora alcanzamos un acuerdo.
Sin embargo, lo que estamos viendo es que no existe esa voluntad política de parte de los golpistas.
-Si se llega al 15 de octubre y no hubo acuerdo, ¿qué va a pasar?
-Desconozco cuál va a ser la estrategia del presidente Zelaya. Por parte de la Resistencia puedo garantizar que se agudizaría la crisis y el conflicto. Ante un fracaso del diálogo la Resistencia no va a renunciar a la lucha, va a seguir movilizándose en la calle y vamos a entrar a una etapa de desconocimiento del proceso electoral. No habrá elecciones si no se restituye al presidente Zelaya.
-¿Cree que la comunidad internacional se va a mantener firme en desconocer el proceso electoral?
-Es algo que los países de la OEA y del mundo ya han planteado y esperamos que sean consecuentes con lo que han dicho. A nivel nacional la mayoría de los hondureños no reconocerían el proceso, y tampoco el candidato que salga electo, porque sería una forma de darle continuidad al golpe de Estado.
-¿Por qué parece haber este temor a la restitución del presidente Zelaya? Al final estaría en el cargo pocos meses y con poderes muy limitados…
-Hay miedo, y creo que el principal temor es que pueda convocar a una Constituyente o que utilice el periodo que le queda para emprender acciones contra los sectores que han planeado y ejecutado el golpe de Estado.
-Como delegado de la Resistencia en el diálogo, ¿qué cree que pueda ocurrir en estos próximos días?
-De acuerdo a lo que he visto en estos primeros tres días estoy muy pesimista y no tengo muchas expectativas de que se pueda llegar a un acuerdo integral. Ya los medios golpistas están intentando dividir nuestra delegación diciendo que hay fuertes contradicciones entre la Resistencia y el presidente Zelaya.
Nosotros nos reunimos a diario para afinar la estrategia y buscar posiciones comunes, pero esta campaña de desinformación indica que quieren llevar el diálogo al fracaso y achacarnos la responsabilidad.
Hasta han iniciado una campaña en contra de mi persona diciendo que soy muy duro y que no sirvo para las negociaciones. En este sentido, es cierto que soy duro, porque nunca voy a estar dispuesto a renunciar a los derechos del pueblo.
-Por un lado se busca el diálogo y por el otro sigue la represión…
-Los golpistas mantienen la suspensión de los derechos constitucionales, buscan el cierre definitivo de Radio Globo y Canal 36, mantienen una fuerte militarización del país y de la embajada de Brasil y siguen reprimiendo a las movilizaciones de la Resistencia. El interés de los golpistas es mantenerse en el poder a cualquier costo y utilizan la represión para alcanzar este objetivo.
Ya hemos exigido en la mesa de diálogo el cese de la represión contra la Resistencia y en esta nueva sesión vamos a intensificar esta demanda.