¿Estamos trabajando para vivir o vivimos para Trabajar?
En los siete países Centroamericanos viven más de 35 millones de habitantes, de los cuales dos de cada cinco están en condiciones de pobreza, sin tomar en cuanta a quienes viven en la pobreza extrema.
Actualmente están empleados como obreras y obreros en las maquilas más de 360,000 personas sólo en esta región. Se cree que de cada 10 obreros 3 trabajan en la maquila. En Honduras el 98 por ciento del trabajo maquilador es textil, al igual que Nicaragua, mientras que Costa Rica tiene el 62 por ciento de la maquila electrónica.
El ingreso por habitante de la región en conjunto ha crecido menos del 2 por ciento anual durante la década pasada y todo significa que seguiremos igual o peor. El 30 por ciento de las personas que pueden trabajar no lo hacen por la falta de fuentes laborales y esto afecta mayormente a las mujeres, por ejemplo en El Salvador el desempleo afectaba recientemente al 35.5 por siento de las mujeres en edad de trabajar.
Los dos sectores principales de generación de empleo femenino, en el área, son; la maquila y la economía informal. A partir del año pasado se esta teniendo mayor actividad en el campo de la maquila, con la entrada en vigencia de las nuevas cuotas para la exportación de prendas y textiles a los Estados Unidos, en el marco de la ampliación de la Iniciativa para los Países de la Cuenca del Caribe, en este sentido se cree que el empleo en esta industria, en el ámbito regional, se duplicará en los próximos dos años.
Salarios mínimos aproximados en dólares
Las desigualdades salariales en los países centroamericanos son muy marcadas, pero si nos fijamos en los salarios devengados en Estados Unidos la diferencia es inmensa, a pesar que la obrera en Norteamérica hace la misma operación que la Centroamericana, esta última obtiene un sueldo miserable y en ocasiones con muchas más horas laboradas. Se ha incluido a México y Republica Dominicana como referencia y por su importancia en esta industria.
En Honduras desde 1990, el salario mínimo, en términos reales, registró una tendencia negativa, motivo por el cual en la actualidad, muchas familias han pasado de la pobreza crítica a la miseria crítica. Los salarios no permiten a los mismos trabajadores salir de la marginalidad, ya que no se ven correspondidos por buenas condiciones de salud, vivienda, transporte y acceso a otros servicios. Ello está indudablemente relacionado no sólo con el alto costo de la vida, también con la drástica pérdida del poder adquisitivo derivada de la inflación y de la ausencia del reajuste salarial correspondiente.
El siguiente análisis comparativo nos muestra que los trabajadores mexicanos ganan menos que sus homólogos en Hong Kong (2,41 contra 4,21 US$ la hora), en Corea del Sur (4,93 US$/hora), en Singapur (5,12 US$/hora) o menos aún que en Taiwan (5,46 US$/hora), (OIT, 1994).
Datos nacionales
Las condiciones de trabajo empeoran en Honduras, pues se calcula que ocho de cada 10 empleos son de mala calidad. Por su parte los empresarios no se preocupan por capacitar a sus trabajadores, pues lo consideran un gasto, optan por contratar extranjeros en puestos claves, aunque les paguen sueldos elevados.
De acuerdo a cifras de la encuesta de Hogares de Propósitos múltiples, de la Dirección General de Estadísticas y Censo, DGEC, se establece que para 1998 la Población Económicamente Activa (PEA) en Honduras, era de 2 millones 222 mil 658 personas, de la cual el 65.5 por ciento eran hombres y el 34.5 por ciento mujeres, distribuida en un 47.96 por ciento en el ámbito urbano y 52.04 en la zona rural. Del total de la PEA, la Población Ocupada (PO) constituía el 96 por ciento unos (2,134,992 trabajadores).
Se estimaba que el nivel de desempleo abierto alcanzó en ese año un 3.9 por ciento (87,666 personas) que sumado a un 27.5 por ciento de la población en situación de subempleo para ese año, representa aproximadamente un 31.4 por ciento de PEA con problemas de empleo.
Se inicia desde 1997 una concertación entre empresarios, trabajadores y gobierno, en torno al incremento al salario mínimo. Ya en 1998, se habían llevado a cabo importantes esfuerzos para reducir la brecha entre el nivel de ingreso y el costo de vida de la población asalariada: Entre las medidas de beneficio obtenidas para la clase trabajadora, se pueden nombrar; la aprobación del decimocuarto mes de salario, y el bono escolar anual para los empleados públicos con sueldos menores a 2,500.00 lempiras y trabajadores asalariados de empresas con más de 15 trabajadores.
Al interior del país, se maneja que los salarios pagados en la industria de la maquila, son mayores que en el resto de los sectores, en la práctica, dicho salario representa apenas el 4.10 por ciento en una posición similar en Estados Unidos, ello provocó la atención de las organizaciones de trabajadores de dicho país.
Las expectativas de generación de empleos son altas en la región, muestran una tendencia al crecimiento y es mucho más remarcada en nuestro país. Es necesario entonces ir pensando desde ahora en como haremos los obreros para protegernos y exigir nuestros derechos de cara al futuro. ¿Y usted que esta haciendo?
Mujeres: el sector mas golpeado por la pobreza en C.A.
En Centroamérica las mujeres son uno de los colectivos más perjudicados por la pobreza, junto con los indígenas.
Representan más del 53% de la población. El 70% son pobres y de éstas el 58% vive en la indigencia. La magnitud de la pobreza entre las mujeres del área rural ha sido mayor históricamente, pero la pobreza en las mujeres de los sectores urbanos ha experimentado un crecimiento acelerado.
A medida que el mundo se urbaniza, la pobreza se urbaniza también. Las ciudades se van convirtiendo en lugares de una pobreza específica, donde los más débiles son también los más vulnerables: víctimas de la prostitución, mujeres jefas de hogar sin recursos (20%), sobrecargadas de hijos, que viven aún peor que en los pueblos de donde huyeron de la miseria.
En el aspecto de la vivienda, una cantidad cada vez mayor de centroamericanos se ven obligados a vivir en barrios marginales donde escasean los servicios básicos. Las condiciones de salud, si bien parecían mejorarse a finales de los setenta, empeoran cada día más por el mismo problema de acceso a servicios de salud gratuitos y de calidad, en Honduras tenemos 1,154 centros asistenciales y contamos con 7.8 médicos por cada 10 mil habitantes. La esperanza de vida de un hondureño es de 67.8 años.
Surgen incluso epidemias fáciles de curar y que sin embargo, hacen estragos como la pasada epidemia de cólera que es un signo de ésta grave situación. Por otra parte, no se ha reducido a un mínimo la tasa de mortalidad infantil y de mortalidad materna, ni tampoco aumentar la tasa de partos atendidos por un personal médico. Se estima que en Nicaragua y en El Salvador, de cada 100.000 mujeres que dan a luz, 200 mueren. En Guatemala, esta cifra es de 250.
En el campo educativo las cantidades de mujeres alfabetizadas han aumentado significativamente y la mujer logra ahora niveles de educación semejantes a los hombres, la educación de nuestros niños no es tan alentadora.
La educación, que es la base de una sociedad y elemento determinante para su futuro, es marginal izada por los gobiernos, que favorecen su privatización, y reducen los presupuestos nacionales correspondientes. En nuestro país se cuenta con 705 centros educativos además de 2,689 maestros, que no son suficientes para resolver los problemas de educación.