La falta de recursos económicos y la competencia que enfrentan con el Tratado de Libre Comercio, mantiene en la incertidumbre a miles de micro, pequeños y medianos empresarios, que se sienten amenazados, pues cuando entren masivamente productos como verduras, frutas y calzado, de otros países, corren el riesgo de desaparecer.
La invasión de productos extranjeros y la falta de condiciones para competir podrían ocasionar la desaparición de unas cinco mil microempresas, que en este momento generan un millón de empleos en todo el país.
La Asociación Nacional de la Mediana y Pequeña Industria de Honduras (ANMPIH), aglutina a pequeños productores de zapatos, ropa, alimentos y madera, sólo en San Pedro Sula genera aproximadamente 50 mil empleos directos.
Falta de recursos
Mientras los grandes inversionistas consideran el TLC como la punta de lanza para incrementar sus ganancias, los pequeños y medianos empresarios sienten la amenaza de desaparecer por la falta de recursos económicos que les permita competir.
Tal es el caso de muchos fabricantes de calzado que ante la competencia se han visto obligados a cerrar o a reducir sus talleres. “la gente prefiere comprar zapatos importados, porque está viniendo más barato y nosotros no podemos competir con precios, porque la materia prima está cara”, asegura Milton Torres, propietario de una zapatería ubicada en el barrio Medina de San Pedro Sula.
Hace once años Milton se convirtió en pequeño empresario, al inicio su empresa era rentable y les daba empleo a veinticinco personas, pero hace tres años comenzó a perder clientes debido a la importación de calzado de otros países. En este taller, actualmente solo trabajan ocho zapateros, es decir, solo aquí se perdieron 17 puestos de trabajo.
Lamentó la dificultad para obtener financiamiento de las instituciones privadas debido a los requisitos que exigen, en la actualidad hay instituciones que para otorgar un préstamo de cuatro mil lempiras, piden el aval de dos personas, que trabajen en la empresa privada y que ganen salarios arriba de diez mil lempiras. El gobierno tampoco define políticas de apoyo hacia este sector.
“Yo no siento desventaja por no tener buena mano de obra, lo que sucede es que la mayoría no contamos con capital de trabajo y por eso no podemos competir” aseguró el microempresario.