El informe ¿Remamos juntos o nos hundimos?, presentado durante la reunión de Naciones Unidas en Bonn, afirma que sólo los países ricos pueden romper el punto muerto impuesto en las negociaciones internacionales y evitar que el mundo se transforme en un caos climático.
La ciencia demuestra que las emisiones globales de gases tienen que volver, o ser inferiores, a los niveles de 1990 para el año 2020. Oxfam afirma que aproximadamente la mitad de estas reducciones se deben lograr a través de la creación de un “Mecanismo Global de Mitigación y Financiación”, que proporcione a los países pobres el apoyo necesario para limitar el crecimiento de sus emisiones de gases.
En conjunto los países ricos deben reducir sus emisiones de gases en al menos un 40 por ciento por debajo de los niveles de 1990 para el año 2020. El informe de Oxfam especifica claramente cuáles son los recortes que necesita cada país para alcanzar el objetivo y muestra que ninguno de ellos está ni siquiera cerca de lo que es un recorte justo de las reducciones necesarias.
¿Remamos juntos o nos hundimos? ofrece una solución a dos cuestiones que podrían solucionar o romper las conversaciones: ¿Quién debe reducir las emisiones de gases y quién debe pagar? En diciembre, en la cumbre de Copenhague, hay que llegar a un acuerdo climático mundial, pero las negociaciones están avanzando de manera muy lenta.
Los países ricos son responsables de tres cuartas partes de las emisiones de gases de efecto invernadero, pero es la población más pobre del mundo la que está siendo afectada en primer lugar. En África, los cambios en las precipitaciones ya están afectando la producción de alimentos, y el aumento de las temperaturas está favoreciendo la propagación de enfermedades.
“Perú sólo emite el 0.4% Datos del Ministerio del Ambiente del Perú de los gases de efecto invernadero pero es uno de los países más vulnerables por su gran biodiversidad. En el país, los impactos negativos se han puesto en evidencia con el deshielo de los glaciares, la disminución del agua o las inundaciones por la crecida de los ríos, junto a otros riesgos que afectan las actividades cotidianas y de supervivencia en el sector rural”, afirma Frank Boeren, portavoz de Oxfam Internacional en Perú.
Algunos análisis apuntan que, globalmente, Sudamérica es responsable del 5.54% de la emisión de los gases de efecto invernadero, mientras que Centroamérica y el Caribe –algunas de cuyas islas sufren una alta vulnerabilidad por un posible incremento del nivel del mar– apenas alcanza el 2.01% Climate Analysis Indicators Tool (CAIT) Version 6.0. (Washington, DC: World Resources Institute, 2009)..
“El estancamiento en que se encuentran las conversaciones debe romperse si queremos tener alguna esperanza de evitar una catástrofe humana”, dijo Jeremy Hobbs, director ejecutivo de Oxfam Internacional. “Los países ricos nos han metido en este lío, ellos tienen el dinero y la tecnología para sacarnos de esto. Esto les supone una obligación doble: Realizar importantes reducciones de las emisiones de gases en sus países y proveer el dinero a los países más pobres que necesitan empezar a reducir las suyas”.
El “Mecanismo Global de Mitigación y Financiación” debería usar el dinero de la venta de los permisos de carbono para apoyar a los países en desarrollo que lo necesiten. Los países más pobres del mundo, como Uganda e India, tienen que recibir el 100% de la financiación que necesitan para bajar sus emisiones de carbono. Sin embargo, las economías en desarrollo más avanzadas, como las de Brasil y China tendrán que financiar una parte, dependiendo de su capacidad económica.
“Oxfam calcula que se necesitan alrededor de $150,000 millones de dólares al año para financiar medidas de adaptación y mitigación en los países en desarrollo. Esta es una cantidad relativamente pequeña en comparación con el costo de no hacer nada –el economista Sir Nicolas Stern estima entre un 5 y 20 por ciento del PIB mundial– y es bajo si se compara con los trillones de dólares que aportaron para rescatar a los bancos de los países más ricos”, dijo Hobbs.
Muchos países en desarrollo ya han dado pasos importantes para reducir sus emisiones de gases y han manifestado su voluntad de discutir la adopción de nuevas medidas, a condición de que los países ricos proporcionen apoyo financiero y tecnológico. Por ejemplo, México ya se ha comprometido a reducir a la mitad sus emisiones para el año 2050 y China es un líder mundial en energías renovables con una inversión de US$ 12,000 millones en energías renovables en el año 2007.
Dolores Rojas, portavoz de Rostros y Voces-Oxfam México, mencionó que es indispensable realizar acciones concretas que contribuyan definitivamente a la reducción de gases. Aseguró que en el marco de la campaña ‘Vamos al Grano’, en “México no queremos más falsas soluciones: los biocombustibles producidos con granos básicos no frenan el cambio climático” por lo que seguirán presionando al Gobierno para que el reglamento de la ley en la materia incorpore criterios de sustentabilidad.
“La reducción de las emisiones de gases es necesaria en todo el mundo, pero sólo los países ricos tienen los medios para hacerlo. Hace falta una solución global que garantice fondos para financiar un desarrollo de los países pobres con baja emisión de carbono”, dijo Hobbs.
”Ningún gobierno de los países ricos, sin excepciones, está cumpliendo con su deber de proteger a sus ciudadanos de las catástrofes del cambio climático. Actuando ahora podemos ahorrar dinero y salvar vidas”, dijo Hobbs.
Campaña “tck tck tck”
Oxfam Internacional es miembro fundador de la campaña “tck tck tck”, una alianza sin precedentes de grupos religiosos, organizaciones no gubernamentales, sindicatos y particulares. La idea es aprovechar las voces de las personas de todo el mundo para lograr un acuerdo climático justo y ambicioso en la convención de Copenhague en diciembre de este año.
{Tcktcktck: www.tcktcktck.org }
Fuente: TGarcia@oxfam.org.hn
10 de junio de 2009