Para entender las dimensiones de dichos sucesos se plantean algunos escenarios de análisis que posibiliten tener un acercamiento cualitativo y prospectivo sobre el Golpe de Estado del 28 de junio del año 2009. Análisis de escenarios, de la coyuntura vista desde la estructura misma del poder y de la lucha popular.
Para entender la vida política y social del presente vale la pena dar una mirada al pasado reciente, al menos de los últimos cincuenta años donde esa estructura del poder civil – militar ha sido permanentemente visible y permite marcar líneas de tiempo del antes y después del golpe de estado del 2009.
El 28 de junio del año 2009 la historia social y política de Honduras converge ante uno de los sucesos que marcan un segundo punto de llegada y un segundo punto de partida del movimiento social hondureño. Segundo punto de llegada tomando en cuenta que el primer punto de llegada sucede en la década del cincuenta cuando se suscita la huelga de 1954, que a sus 69 días de lucha marca una ruta victoriosa que consolida el movimiento sindical como una organización sin precedentes en la Honduras de aquél entonces que venía siendo sometida bajo el verdugo de 25 años de dictadura entre el Cariato (1933 – 1948) y Juan Manuel Gálvez (1949 – 1954). Organizaciones sindicales que enfrentaron con valor y dignidad las famosas “juntas militares” mismas que dieron golpes sucesivos desde (1956) con la salida del Presidente Julio Lozano Díaz que gobernó de facto y luego fue sucedido por el golpe de estado militar que instauraría al régimen de forma casi permanente en los años subsiguientes y que vería su “aparente ocaso” con la salida de Juan Alberto Melgar Castro y con el famoso triunvirato precedido por el General Policarpo Paz García (1980 – 1982). Esa estructura de poder militar es la historia de la Honduras de los últimos 50 años como el más claro reflejo de un pasado que se vuelca contra el presente y deja entrever una plataforma militar y económica llamada “Fuerzas Armadas de Honduras” instalada como una institución del estado que se constituye y se consolida como fuerza represiva y dominante (al converger con las fuerzas del poder civil) con quienes confluyen y se convierten en los principales artífices del golpe de estado militar perpetrado contra el ciudadano Presidente de la República, Sr. Manuel Zelaya Rosales.
Una lectura rápida al panorama antes expuesto permite visualizar un régimen militar posesionado en la conducción del país durante varias décadas como un indicador clave y permanente de poder. Lo anterior sin haber hecho mención a Oswaldo López Arellano quien dio golpe de estado al Presidente constitucional Ramón Villeda Morales en el año de 1963 (1963 – 1965) para luego dar un segundo golpe de estado en 1972 (1972 – 1975) contra el Presidente Ramón Ernesto Cruz.
Esa estructura de facto, de golpes de estado que pareciese solo una remembranza del pasado se vuelve más allá de lo simbólico en un acto regresivo de la historia hondureña con nuevas connotaciones de poder que vale la pena analizar desde otras perspectivas.
La Asamblea Nacional Constituyente de 1982 representa una transición entre los golpes de estado a una incipiente vida democrática. Hoy, a 27 años de una “democracia” mediatizada por grupos oligarcas venidos de latifundistas y mayordomos a férreos empresarios se hace visible la desigualdad y la marginalización del sector popular dentro de los planes de desarrollo integral del país. Desigualdad latente que vuelve la situación hondureña en escenarios complejos y en un total desequilibrio social, político y económico. Nada es estable. Escenarios donde temas prioritarios como la salud, la educación, el trabajo y la seguridad entre otros se vuelven inalcanzables para el pueblo y representan un privilegio exclusivo para sectores asociados al régimen de facto.
Grupos de poder que llevaron al país por la oscura década de (1980). Años de represión brutal liderada por las Fuerzas Armadas en contubernio con sectores de poder político teniendo como ejes del mal a Gustavo Alvares Martínez (QDDNOGoce), entre otros altos jefes militares que secuestraron, asesisinaron y torturaron a miles de hondureños.
En otro sentido, década de 1980 que estuvo marcada por la imposición del poder militar y la institucionalización de la seguridad Nacional que también legitimó el vandalismo a puertas cerradas tanto por la alta cúpula militar como por parte de los llamados “representantes del pueblo” ante los tres poderes del estado. Actos de corrupción como la quiebra de CONADI donde uno de los artífices fue el empresario Miguel Facussé Barjum quien contradictoriamente el gobierno colombiano premio con la medalla de la “Orden Mérito a la Democracia” en el Grado de Gran Caballero por la trayectoria y aporte al desarrollo industrial de Centroamérica. Grupos de poder económico alineados a los poderes del estado educados para delinquir dentro del sector público a través del contrabando, venta de influencias, comisiones en las compras y contrataciones del estado, el cohecho y gratificaciones bajo la mesa, el subsidio político bien asegurado y calculado son apenas una menciones a manera de ejemplos del modus operandis de estas bandas de delincuentes con y sin cartera.
Estos embriones que venían cuajando sus planes contra el pueblo desde la década de 1970 y se consolidan a partir de la Constituyente de 1982 se vuelven personajes no deseados para el pueblo hondureño y para la comunidad internacional. Oligarcas que deslegitiman la verdadera democracia representativa y participativa de los pueblos civilizados; diputados constituyentes como Roberto Micheletti Bain (actual dictador), Carlos Roberto Flores Facusse, (actor intelectual del Golpe de Estado)
Roberto Suazo Córdova, (Presidente 1982 – 1986), José Efraín Bú Girón, María Dilma Quesada de Martínez, Juan Rafaél Pineda Ponce entre otros que sin pena ni gloria el 28 de junio del 2009 aunados a Romeo Vásquez Velázquez y bajo los lineamientos del pentágono deciden dar el golpe de estado, de esa manera cometiendo alta traición a la patria como un acto abominable y atroz para las jóvenes democracias de la América Latina.
A partir de 1982, año en que se instaura un gobierno “democrático” con Roberto Suazo Cordova principal peón de los Estados Unidos de Norteamérica y quien se presta para que los Yanquis alquilen el país y consoliden con ello el mantenimiento estratégico de la contrarrevolución nicaragüense en territorio nacional y el establecimiento de la doctrina de seguridad nacional con Alvares Martínez como principal responsable junto con Walter López Reyes y Billy Joya Améndola –quienes lideran y participan en la desaparición de muchos líderes sindicales-. Ejercicio represivo que venido de las juntas militares logra transpolar las acciones del pasado amparados en gobiernos ahora “constitucionales”.
Esa década se instauran en el poder familias que controlan y deciden el presente y futuro del estado de Honduras. Familias lideradas por Carlos Roberto Flores Facusse (diputado constituyente y luego presidente 1988 – 2002, José Rafaél Ferrari, Juan Canahuati, el financiero Camilo Atala, el maderero José Lamas, el empresario energético Fredy Násser, Jacobo Kattán, el industrial azucarero Guillermo Lippman, el constructor Rafaél Flores y Miguel Facusse entre otros altos usurpadores de los derechos ciudadanos.
A este grupo de poder económico y político se suman otros personajes alineados en múltiples actos de corrupción demostrados entre un gobierno y otro. De igualmanera la injerencia del poder judicial a favor de los grupos de poder; Rafael Leonardo Callejas a manera de ejemplo (Presidente 1990 – 1994) quien y bajo acusaciones argumentadas y comprobados en los casos de: Brazos de Honduras, La Familia, Comunitas y el petrolazo fue eximido de toda responsabilidad bajo acuerdos negociados, ilegales y contradictorios por parte de la Corte Suprema de justicia a favor del ex – presidente Callejas. Lo anterior como una muestra del abuso de poder desde el poder mismo.
El ejercicio descriptivo antes expuesto posibilita un marco de referencia que expone la manera resumida la institucionalización del latrocinio post régimen militares y del abuso de poder por parte de los grupos económicos que conforman la oligarquía golpista- deja entrever algunas de las rezones del porqué el 29 de junio del año 2009 estas familias confluyen para dar el golpe de estado contra el Ciudadano Presidente la República Manuel Zelaya Rosales.
Sin embargo, el pueblo hondureño… (amparado en la Constitución de la República que en su ARTICULO 3.) Que establece: “Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador ni a quienes asuman funciones o empleos públicos por la fuerza de las armas o usando medios o procedimientos que quebranten o desconozcan lo que esta Constitución y las leyes establecen. Los actos verificados por tales autoridades son nulos. el pueblo tiene derecho a recurrir a la insurrección en defensa del orden constitucional”
…Opta por converger en el Frente Nacional de Resistencia Contra el Golpe de Estado con el fin de revertir el golpe de estado mediante la restitución del Presidente Zelaya. Frente de Resistencia de carácter unitario, democrático, diverso, participativo y transformador que busca defender los derechos de forma pacífica, activa y en una dirección horizontal y descentralizada.
Una Resistencia popular pacífica que a 151 días de lucha no se rinde, no vende, no se cansa.
Algunos escenarios propios de la coyuntura actual nos permiten ver al Frente Nacional de Resistencia Contra el Golpe de Estado como un movimiento amplio, unitario e incluyente y por lo tanto en una fuerza nacional que converge desde el mismo 28 de junio en tres objetivos claves 1. Revertir el Golpe de Estado mediante la restitución incondicional del Presidente Manuel Zelaya Rosales. 2. La convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente Popular. 3. Respeto a los Derechos Humanos; la denuncia permanente ante la Corte Penal Internacional por los compañeros y compañeras asesinados, torturados, desparecidos y amenazados a muerte.
Dicho escenario permite una organización nacional, regional, departamental, municipal con Frentes de Resistencia locales con características comunes en lo organizativo y en lo relacionado a la unidad y en la articulación de iniciativas y estrategias sinérgicas de dimensión nacional.
El escenario mejor posible para la lucha del Frente Nacional de Resistencia continúa siendo la restitución incondicional del Presidente Zelaya con lo que se busca revertir el golpe de estado como precedente histórico y de gobernabilidad democrática y para el fortalecimiento de la democracia de los pueblos latinoamericanos. Asimismo como un hecho simbólico a 151 días de lucha permanente del pueblo hondureño en resistencia.
Desde esta perspectiva es posible ver algunos escenarios (previos y durante el 27 de noviembre del año 2009 día de la farsa electoral) donde y bajo la represión militar se dará un proceso electoral conforme a los planes del régimen. También la validez por parte de los grupos de poder del fraude electoral como una garantía de continuidad en el poder. Asimismo, un probable golpe al golpe por parte de la cúpula militar o declaración de nulidad electoral y con ello el continuismo de régimen de facto con Micheletti como líder principal.
En otro sentido, lograr que los cuidadanos y ciudadanas no asistan a las urnas electorales dando muestras con ello de la no legitimización y aceptación de la farsa electoral por parte del régimen instaurado por Micheletti y Vásquez Velásquez. Declarándose espurio cualquier grupo de poder que ostente la Presidencia de la República. También, que la comunidad internacional no reconozca el proceso electoral bajo las condiciones de represión en que se realizan y por lo tanto condene a los artífices del golpe de estado quienes abusando del poder exponen al pueblo hondureño a situaciones de violencia y muerte.
Escenarios catastróficos que tienen que ver con la ejecución del plan represivo por parte del poder civil – militar, asesinando y torturando a quienes se opongan a las elecciones y a la continuidad del régimen de facto que trata de consolidarse en el poder con los mismos cuadros de poder golpista que con o sin el dictador Micheletti planean seguir gobernando el país.
Desde el escenario antes expuesto se puede hacer un balance de medición de fuerzas y ver con claridad los objetivos del Frente Nacional de Resistencia y los objetivos del régimen golpista. Ellos quieren mantenerse en el poder con la fuerza de las armas, con el poder mismo emanado de los poderes del estado, con el fraude montado desde el espurio Tribunal Supremo Electoral.
El Frente Nacional de Resistencia lucha por los intereses del soberano y su fuerza reside y nace desde el poder popular. Es aquí donde se aperturan nuevos escenarios de lucha. Ir hacia nuevas coyunturas donde surgen nuevas preguntas, nuevas rutas y acciones para neutralizar a los enemigos del pueblo, del cómo lograr el fortalecimiento de liderazgos y de iniciativas encaminadas a objetivos comunes. La construcción de plataformas de lucha. La definición de aliados de camino y aliados hasta la victoria final. Un Frente Nacional articulado por distintos sectores, ideologías, visiones y objetivos pero antes que nada alineados por la refundación del país visto a partir de la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente popular.
Con la farsa electoral se cierra una coyuntura para dar paso a otras que aperturan nuevos escenarios de lucha. Desde esa perspectiva de análisis podemos ver momentos cruciales que han marcado esta historia.
Primero: Coyuntura A ( El Golpe de Estado que provoca la organización del FNRCGE y la medición de fuerzas entre el poder civil – militar y el soberano. Segundo: Coyuntura B ) Ingreso fallido del Presidente Zelaya al aeropuerto Toncontín y condena internacional al régimen. Tercero: Coyuntura C( Ingreso fallido del Presidente Zelaya por la frontera terrestre de el Paraíso y la movilización de grupos de solidaridad tanto al sector fronterizo de Honduras como a Ocotal Nicaragua. Cuarto: Coyuntura D) Ingreso del Presidente Zelaya a la Embajada de Brasil en Tegucigalpa, el fracaso e incumplimiento a los acuerdos para la restitución por parte del régimen de facto. Quinto: Coyuntura E- Proceso electoral ilegal, ilegitimo y fraudulento.
Las coyunturas en mención han tenido sus características, escenarios probables, mejor posibles y aquellos catastróficos que pueden luego ser analizados desde un marco lógico y análisis de correlación de fuerzas.
Sobre la coyuntura actual vinculada al proceso electoral del régimen de facto que desde ya debe declararse nulo, ilegitimo, inmoral, indigno y contrario a un estado democrático vale la pena hacer loa análisis coyunturales del momento y tener un micro – acercamiento a los escenarios que se presentan. Estar preparados para una nueva coyuntura. De lo probable, a lo mejor posible sin dejar de ver los escenarios catastróficos. Esto, apertura un nuevo capítulo de análisis y define nuevas rutas encaminadas a la toma del poder desde el poder popular.
Por; Comunicador Luis Méndez
Desde Gualcinse en algún lugar del Planeta
Jueves 26 de noviembre del año 2009