JORNADA 97
El día lucía agradable para un buen plantón, lástima grande que estaban los militares ansiosos por comenzar a reprimir y el ave metálica de mal agüero que sobrevolaba los aires lo impidieron.
Los incansables Caminantes estaban muy animados como siempre, cuando se trata de este tipo de manifestaciones, en el que dejan el alma con sus lemas, consignas, pancartas, silbatos, trompetas y todo aquello que sirva para llamar la atención. Los medios de comunicación e internacionales estaban presentes como en cada marcha. Los vendedores ambulantes anunciando sus productos, ya estaban instalados con sus mercaderías. El ambiente era de fiesta con los cientos de marchistas, quienes desde que el Supremo Gorileti tuvo la magnífica idea, de promulgar un decreto anticonstitucional en contra de manifestarse públicamente, lo desafían constantemente aún sabiendo que les puede costar cárcel, golpes y hasta la muerte.
Los conductores de automóviles cuando pasaban sonaban sus bocinas animándolos a continuar, agitaban algunas pañoletas rojas y banderas de sus partidos. Los militares y policías dispuestos como siempre a demostrar su “hombría” repartiendo toletazos y gases contra el pueblo pacífico y desarmado, quienes cuentan sólo con su valentía y el deseo de vivir y/o morir peleando por la Democracia. Juan Barahona dio declaraciones a algunos medios de comunicación, diciendo:
“El pueblo se manifiesta pacíficamente, evitamos cualquier tipo de confrontación con los militares, pero como ustedes pueden ver ya estamos rodeados por ellos, y eso que no estamos en la calle, estamos en la acera frente a la embajada. Pero ni aún así nos van a detener, porque el pueblo está decidido a continuar con esta lucha hasta que Mel esté en el poder y contra cualquier Decreto que puedan hacer. No nos detenemos. Ustedes han visto que nuestras marchas son pacíficas, ellos son los que nos persiguen, pero siempre volvemos a las calles, porque aquí está la lucha y aquí está el triunfo. Como todos los días, responsabilizamos a los militares por cualquier herido o muerte, que nos puedan ocasionar. Y siempre estaremos en las calles, hasta que esto se solucione y tengamos una Constituyente y una nueva Constitución, porque ha este pueblo nadie lo para”.
A las 10:10 a.m. llegó una avanzadilla de militares, a decir que les daban hasta las 11 de la mañana para que desalojaran el lugar, en caso contrario los iban a desalojar a como diera lugar, en otras palabras, aplicarían la ley del Toletazo adornada con gases lacrimógenos. Los marchistas se indignaron como se comprende e inmediatamente lanzaron sus consignas en contra de los golpistas. La tensión iba en aumento a medida avanzaban los minutos. Los militares agarraban con fuerza sus toletes y levantaban sus escudos. Se les miraba una sonrisa funesta dibujada en sus labios y sus ojos reflejaban odio mal disimulado.
A las 10:30 a.m. ante la situación planteada y para evitar que los marchistas hombres y mujeres salieran golpeados, Juan Barahona dio la orden de retirarse de allí. En forma ordenada comenzaron a abandonar el lugar, para frustración y enojo de los vendedores ambulantes, quienes lanzaban consignas contra los militares. En su retirada pacífica pasaron por el acceso de la Texaco y la del Supermercado Más X Menos, hacia la embajada de Brasil en la colonia Palmira, en ambos casos, completamente custodiados por militares impidiendo la entrada, hasta barricadas de concreto y vallas metálicas han puesto. Continuaron su avance por el barrio Guanacaste, en el boulevard Juan Gutemberg, allí se dieron cuenta que las hordas militares les pisaban los talones, pero aún así gritaban sus consignas contra las elecciones, los golpistas y pedían al pueblo unirse. Doblaron por el mercado San Miguel, para salir al barrio la Plazuela, mejor conocido como El Arbolito. Continuaron en línea recta hasta el semáforo de la avenida Cervantes, en ese momento fueron alcanzados por los militares, quienes venían sonando sus escudos con sus toletes para infundir miedo. Los caminantes se dividieron en dos secciones: una cogió hacia el parque central Francisco Morazán y la otra tomó rumbo por la avenida Juan Lindo, pasando por el hotel Excelsior, el puente San Rafael y se fueron perdiendo en la lejanía. Los militares persiguieron a la segunda sección para reprimirlos salvajemente.
Nosotros, junto con la prensa internacional íbamos tras los militares, quienes desde ese momento se convirtieron en perseguidos, porque también a ellos hay que seguirlos de muy cerca y tomar nota de lo que hacen, para que luego no vayan a salir diciendo que no saben nada. Los militares no pudieron alcanzar a los marchistas, por eso tomaron rumbo al paseo República de Panamá y República de Argentina, luego por la Casa de la ONU, hasta llegar a la Plaza Benito Juárez en la colonia Palmira, de allí los militares decidieron regresar a sus unidades, y nosotros nos quedamos un rato conversando con los y las muchachas de la prensa internacional, cambiando impresiones sobre los acontecimientos actuales de Honduras y el papel represivo de los militares en los mismos.
Los marchistas cumplieron este día con sus objetivos. Mantenerse en las marchas contra las represiones, desafiar el Decreto Gorilezco por arbitrario y demostrarle al mundo que el pueblo sigue en las calles y que aquí nadie se rinde.
Mañana cumple años Morazán, quien de seguro se retuerce de ira desde su tumba contra los golpistas traidores. Pero los incansables Caminantes, hijos legítimos de él, celebrarán esa gloriosa fecha en una colonia de la capital, El Pedregal, allí demostrarán una vez más que las calles son del pueblo, que Dios y Morazán están con ellos, con su causa justa.
VOCES DE LA RESISTENCIA
“No soy melista, pero soy antigolpista y no acepto golpes de Estado vengan de donde vengan, ni quien los pegue. Siempre voy a estar en contra de los golpes, más vieja, pero en contra y si me toca andar en silla de ruedas contra los golpistas, pues así voy a andar. He votado sólo una vez y me fue mal, pues voté para diputado por Chelato Uclés y ese tipo me defraudó, sólo pasa diciendo “nunca se sabe”. Voté para diputada por Doris Gutiérrez y echó el culo al charral, no se pronunció cuando le dieron golpe de Estado a Mel y dijo que se abstenía. Voté para diputada, por la negra invidente Dayana Martínez y no ha hecho nada ni por su raza, ni por los ciegos. Por eso no es necesario que el Frente me diga que no vote, pues no voy a votar. Me han entrevistado dos veces para la televisión y una de ellas para la televisión española. Recuerdo que en ese tiempo, estaban hablando allá en Costa Rica del famoso Plan Arias y mi respuesta en ese entonces fue, que no hay confianza en la OEA, mucho menos en la ONU; pero sí algo de confianza en al Unión Europea y que podían hacer algo aquí y sostengo lo mismo. Como parte de la Resistencia, la miro como un despertar del pueblo hondureño, de ese pueblo, que nadie imaginó que iba a despertar de esa manera y es un mensaje a la empresa privada, que ahora sí hablamos y deben de escucharnos de cualquier forma, porque desde el 28 de junio para acá, el pueblo ha tomado su destino en sus propias manos… Allí vienen más chafas, mejor vámonos”.
Bertha Ruth Amaya, maestra jubilada, 63 años.
¡La lucha sigue, el ideal morazánico está más presente que nunca en la batalla diaria!
UNIÓN DE ESCRITORES Y ARTISTAS DE HONDURAS (UEAH), MIEMBRO DEL FRENTE NACIONAL CONTRA EL GOLPE DE ESTADO.